No sé cómo será ahora, pero años atrás cuando uno era un niño, todos salíamos a juntarnos con los amigos a mostrar los regalos que nos daban para Navidad. Balones de fútbol, bicicletas y patines eran la mayoría, mientras que dentro de la casa quedaban los otros presentes: las típicas calcetas, colonias o desodorantes que nos daban las tías o abuelitas.
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Sin embargo, en Islandia no pasa esto ya que esta fecha se celebra de una forma bastante llamativa: los regalos son generalmente libros y la Nochebuena se pasa en familia leyendo.
Según informa El País, el 25 de diciembre es una fecha que se pasa «con un poco de calma y tranquilidad para disfrutar de la lectura», según relata el embajador islandés en Francia Kristján Andri Stefánsson.
«Para mí no hay Navidad sin alguna de las nuevas novelas que salen para esas fechas», agrega el diplomático. Y tiene razón, ya que el mercado literario tiene su boom durante el último trimestre del año.
«El 70% de los títulos salen al mercado en los tres últimos meses antes de las Navidades», indica. Incluso, esta acción tiene un nombre: Jólabókaflóð. Ahora si no sabe islandés, se traduce así como «el aluvión de libros de Navidad».
Y todo esto es verdad. Acorde a una encuesta de la Asociación de Editores, el 63% de las personas recibió al menos un libro durante esta fecha. Mientras que el 48% tuvo dos o más textos.
¿Por qué se regalan libros?
Todo comenzó en la Segunda Guerra Mundial cuando por culpa de las restricciones en las importaciones durante la guerra los habitantes del pequeño país, que no cuenta con más de 351 mil habitantes, comenzaron a regalarse libros impresos por empresas locales.
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«Cada año se publican entre 800 y 1.000 nuevos títulos, de ellos 70-80 son novelas de autores islandeses», explica el embajador.
Es tanto el amor por leer que incluso la Unesco decidió condecorarlos nombrando a la capital Reikiavik como «ciudad de la literatura».
