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Una niñera de 28 años fue acusada de homicidio intencional tras la muerte de un bebé de dos meses de vida en la ciudad estadounidense de Wausau, el cual presentaba lesiones por golpes en su cabeza.
Según informa el Daily Mail, la mujer tras darse cuenta que el lactante había fallecido, lo vistió, lo sentó en el asiento para menores del automóvil de la madre y le puso un sombrero para que ésta no se diera cuenta de lo que había pasado.
Minutos después, la progenitora detuvo el vehículo en una lavandería donde iba a pasar y cuando quiso sacar al bebé se dio cuenta de lo que pasaba y pasó minutos intentando revivirlo creyendo que todo sucedió en pleno viaje.
De acuerdo a los investigadores, la niñera «le puso al lactante un sombrero sobre los ojos para que la madre no se diera cuenta de que su hijo estaba muerto». Y ella lo creyó, ya que normalmente a esa hora estaba durmiendo.
Sin embargo, cuando quiso sacar al menor notó que «sus piernas estaban rígidas» e intentó por minutos revivirlo en la lavandería.
«No soy un monstruo»
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La niñera, identificada como Marissa Tietsort, es madre de cinco hijos, actualmente está embarazada y tiene un curriculum conocido por su historial de problemas con menores de edad. Incluso ya enfrentaba un cargo criminal por agresiones tras cuidar a un pequeño de once meses.
La madre del fallecido bebé conocía hace un año a la mujer ya que era amiga de un conocido de ella, asegurando que no sabía de los antecedentes que tenía.
La policía indicó además que Marissa estaba en la mira de las autoridades ya que al menos dos niños bajo su cuidado también han sido llevados al hospital con hemorragias cerebrales. Todo esto mientras ella manejaba una guardería sin licencia ni permisos en su vivienda.
La mujer en tanto negó ser la responsable y envío una carta pidiendo que la dejaran salir bajo fianza, la cual fue negada. «No soy una amenaza para la sociedad o un monstruo. Soy una gran madre y amo a todos», afirmó.
