Un hombre de 50 años, el cual no ha sido identificado, fue acusado de violar a su hija (20) la misma noche en que el sujeto contrajo matrimonio con su nueva esposa en la ciudad de Kolding en Dinamarca.
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Según informa el Daily Mail, el sujeto llevaba años alejado de la joven y cómo iba a casarse trato de volver a tener lazos con ella. Meses antes de la boda se contactó con ella y tras conversar unas veces más decidió invitarla a la ceremonia.
Durante la fiesta que se desarrolla después del matrimonio, la mujer se emborrachó y quedó prácticamente intoxicada por el alcohol, por lo que fue llevada por el hombre y un amigo a la cama de la suite nupcial del hotel en donde se efectuaba el evento.
Horas después, el padre llegó con su nueva esposa a la habitación y para no molestar a la joven ya que estaba demasiado durmiendo, se acostaron a su lado. Posteriormente, el hombre despertó y atacó sexualmente a su hija, aprovechándose de la condición en que estaba ella.
Según informa la prensa danesa, el padre fue detenido y durante la audiencia en donde fue condenado a dos años y seis meses de cárcel, se dio a conocer el informe policial que culpabiliza al hombre por el delito de violación.
«Cuando ella le pidió que se detuviera y trató de sentarse, él la empujó con fuerza en el pecho. Después de esto, mientras ella estaba sobre su espalda, él forzó las relaciones sexuales a pesar de que ella le rogaba que se detuviera varias veces», señala el escrito.
Intercambio de mensajes
Los medios daneses revelaron además que existió un intercambio de mensajes de texto entre padre e hija días después del ataque sexual.
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Esto luego que el hombre le mandara un SMS disculpándose por su actuar y dando la más aberrante de las excusas: aseguró que se confundió y pensó que era su nueva esposa.
«Fue un error. Lo siento. Pensé que era mi esposa. ¿No podemos tratar de seguir manteniéndonos en contacto? Lo siento», fueron sus excusas.
Ante esto, la joven respondió negativamente. «Creo que deberíamos cesar todo contacto. A lo que me has sometido es algo que no puedo aceptar. Te pedí amablemente que te detuvieras y continuaste. Grité, continuaste, te golpeé, continuaste», concluyó.