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Histórico: grupo de científicos cree haber resuelto misterio de los moais

Existen alrededor de 900 de estas estatuas de piedra. De ellas 58 poseen “tocado” en la cabeza y unas 300 se posan sobre un ahu. Una investigación revela por que hoy están donde se encuentran asentadas en Rapa Nui.

Los moais representan un vinculo con el pasado para cada uno de los habitantes de Rapa Nui. Sin embargo, su presencia en la isla supone más dudas que respuestas. Y es que cuando la civilización “perdida” de Isla de Pascua desapareció, se llevó a la tumba todas las claves para entender estos más de 900 monumentos de piedra.

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Su significado ha inspirado las más descabelladas teorías, al igual que su origen o la razón de su colosal tamaño. Pero bueno, si bien hay muchas preguntas que aún no podemos responder, unos investigadores de la Universidad de Binghanton de Nueva York nos adelantaron algo de camino.

moai (Eric LAFFORGUE/Gamma-Rapho via Getty Images)

Los moais y sus características

Estas enormes rocas pueden llegar a medir hasta 10 metros de altura y su peso estándar ronda las 5 toneladas. De las cerca de 900 estatuas antropomorfas que se conocen, 58 poseen un tocado color rojo sobre la cabeza llamado pukao y unas 300 están sobre un ahu.

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En palabras sencillas, un ahu es una plataforma megalítica en la que se posan ciertos moais – no todos-. Según cuenta la historia local, cientos de estatuas fueron transportadas por largos caminos y erigidos sobre estos «pedestales».

Esto ya que tal como las pirámides, los ahu fueron construidos para albergar los cuerpos de los líderes de los clanes ancestrales de la isla. Al estar ubicados en la costa, se logró descubrir que las comunidades más importantes vivían cercanas a la playa. En tanto, el resto de la población se distribuía hacia el interior de la isla.

Según comenta el historiador de la Universidad Central, Jorge Olguin, estas eran comunidades jerárquicas y patricarcales. «También se genera un sistema de castas donde claramente hay familias que tienen más poder que otras», agrega en referencia a su distribución.

Respecto a la construcción de los moais, explica que la clase alta enviaba a una suerte de esclavos para que construyeran estos monumentos de piedra. Al pasar los años y con ello las generaciones “se cree que hubo una rebelión de “el bajo” pueblo, personas que no estaban de acuerdo con ser del proletariado. Por esta razón habrían dejado de construir”.

Otra teoría indica que esta práctica terminó abruptamente ya que se despreocuparon y «arrasaron con el ecosistema de la isla para construir barcos e ir a pescar y también para hacer leña. Cuando esto pasó vino de nuevo el hambre. Entonces no pudieron seguir construyendo moais, había que preocuparse de comer”, dice Olguin.

Cabe destacar que otro uso que se le dio a estos colosos fue astronómica, al «alinearse» los monumentos con ciertos astros o constelaciones para determinar las épocas del año y con ello organizar sus procesos de agricultura y pesca.

 

¿Por qué los moais están donde están?

Las majestuosas estatuas de piedra distribuidas a lo largo de Rapa Nui poseen un patrón. Este hallazgo es inédito en su tipo, pues aunque ya se intuía, hasta ahora no había podido ser confirmado.

Un grupo de expertos de la Universidad de Binghamton publicó un estudio en la revista Plos One donde afirman haber llegado al secreto detrás de la ubicación de los moais.

El antropólogo Carl Lipo, de la citada casa de estudios, buscaba explorar la relación entre números y espacio físico que ocupan estos monumentos. En esta línea el equipo de profesionales se centró en los 93 ahu ubicados al este de la isla, debido a la diversa cantidad de recursos naturales que alberga esta zona.

¿Qué descubrieron? que el único patrón que se repite es su cercanía con fuentes de agua dulce.

«No es obvio cuando se camina por la zona, ya que no vemos indicaciones obvias de agua. Pero cuando comenzamos a observar las áreas alrededor de los ahu, encontramos que estaban exactamente vinculadas a los lugares donde emerge el agua subterránea fresca.», explica el informe.

«Los lugares sin plataformas ni moai, por otra parte, no mostraron agua dulce. El patrón fue sorprendente y sorprendente en su consistencia. Incluso cuando encontramos estructuras en el interior de la isla, descubrimos fuentes cercanas de agua potable”, agrega.

Según Lipo, lo importante es que «este descubrimiento desmiente que el emplazamiento de las estatuas en sí mismo sea algún extraño lugar ritual. (Los ahu y los moai) representan un ritual en el sentido de que tienen un significado simbólico, pero están integrados en la vida de la comunidad».

Además destacó que la primera pista que se siguió fue el de su posible vínculo con rocas volcánicas, pues con ellas construían sus herramientas y las mismas estatuas. Tras ello, los resultados concluyeron que no existía ningún tipo de patrón entre ambos factores.

Un moai = un clan

Así es como llegaron al agua. Moais cerca de costas, jardines, cultivos, pozos, todos de agua dulce. Curiosamente un recurso que la isla no posee permanentemente gracias a su suelo volcánico. De hecho, es sabido que los indígenas excavaban pozos constantemente para acceder a fuentes de agua.

Moais

 

Si vamos más allá, los autores de este estudio creen que era una forma de los clanes para competir respecto a los territorios. Esto ya que en aquella época el agua era más valiosa que hoy el oro.

Moais (Eric LAFFORGUE/Gamma-Rapho via Getty Images)

Así, la teoría de este experto es que cada familia, comunidad o clan trabajaba unida para construir su moai. «Cualquier cosa que una a la comunidad la hace más fuerte, y le permite sobrevivir”, lo que según Lipo “es el secreto de la Isla de Pascua”.

Hasta 1722 los habitantes de Rapa Nui no tuvieron contacto -conocido- con agentes externos. Esto se debe a su aislada locación, pues se sitúa a más de 3.700 kilómetros de la costa chilena. Antes de llegar los extranjeros, este pueblo vivía principalmente de la pesca.

Este hallazgo viene a reforzar la gran importancia que le daban los pascuenses a los suministros básicos.

Por esta razón, queda investigar si características como el tamaño de las rocas están directamente relacionadas con la calidad y abundancia del agua y el lugar donde se ubican.

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