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La acusaron de inventar todo, la tildaron de anoréxica y ahora la enviaron a morir a su casa: joven no puede comer por culpa de enfermedad incurable

Ruby Hill ha pasado los últimos cuatro años luchando por su vida y actualmente pesa 35 kilos.

Una joven de Nueva Zelanda de 23 años fue enviada a su casa tras pasar un largo tiempo en el hospital para «morir», luego de una serie de problemas y fuertes dolores provocados por una enfermedad extraña e incurable que la aqueja.

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Según informa el Daily Mail, Ruby Hill padece de gastroparesia, la cual es una lesión a los nervios que afecta al estómago, lo cual no permite que los alimentos se digieran debidamente y a su vez, estos no siguen un curso normal en dicha zona del cuerpo.

La joven fue diagnosticada el 2015 luego de meses de sufrimiento y exámenes que no llevaban a nada. Incluso, la acusaron de inventar que sufría una enfermedad asegurando que todo estaba en su cerebro. Y debido a su baja de peso notoria, la tildaron de anoréxica.

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La enfermedad ha hecho que Ruby pierda bastante peso. Facebook

Su problema habría comenzado luego que le extirparan el apéndice y los médicos le dieron de alta el pasado viernes ya que consideran que han realizado todos los tratamientos posibles y que ninguno ha surtido efecto, por lo que la mandaron a su casa para que muera en paz.

«En Nueva Zelanda, los únicos tratamientos son medicamentos opioides, pero tuve reacciones severas a todo lo que intentaron ponerme», contó Hill al citado medio.

Además, reveló cómo se sentía luego que los facultativos la acusaran de inventar la enfermedad. «Supe todo el tiempo que no, pero después de meses de que los médicos dijeron ‘trabaja con nosotros, te estás haciendo esto’, empiezas a dudar de tu salud mental», expresó.

La última esperanza

Ruby, entre tantas pruebas y medicamentos que ha tomado, encontró alivio a sus dolores solamente en una cosa:  el aceite de cannabis.

Y justamente en Canadá hay un tratamiento experimental en base a marihuana que es la última esperanza que ve la joven para poder superar su problema.

Así se veía Ruby antes de la enfermedad. Facebook

«Podré hacer mucho más porque hay más libertad para jugar con los efectos de los productos de cannabis que no están disponibles en Nueva Zelanda. Comencé a investigar clínicas en Canadá hace un par de años y se volvió cada vez más atractivo para mí llegar allí, está marcado en mi lista», señaló la joven.

Por lo mismo su familia inició una campaña en la web  GiveALittle para reunir fondos que le permitan costear su viaje al país norteamericano, además del tratamiento. Y hasta el momento ha sumado 20 mil dólares.

 

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