Cuando José Roselló y Victoria García, los padres de Julen, llegaron al mediodía de este domingo al cementerio del Palo, las cientos de personas que fueron a darle el último adiós al niño de dos años los recibieron con un largo y emotivo aplauso.
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Los restos del niño de dos años descansan ahora junto a los de su hermano Oliver, el que había muerto en 2017 por muerte súbita.
Luego de conocerse los primeros datos de la autopsia que determinó que Julen sufrió un “traumatismo craneoencefálico severo” y que murió el mismo día que cayó en el pozo, una serie de interrogantes se abren y comenzarán a ser investigadas.
En sus primeras declaraciones, José Roselló indicó que estaba cuidando al menor cuando salió corriendo, que su prima había salido tras el niño y que ella “vio cómo Julen caía de pie por el agujero, con los brazos hacia arriba”, lo que fue confirmado por la autopsia, señala 20 Minutos.
Ahí comienzan las primeras interrogantes, ya que muchos no se explican cómo se formó el tapón de tierra a 71 metros de profundidad.
“Ya sabemos que no sufrió ni estuvo agonizando varios días. Ahora que se aclare que es lo que pasa con ese tapón”, dijo un primo del padre de Julen a El Mundo.
Hasta el momento, la Guardia Civil cree que “se formó por desprendimientos durante la caída del niño y los posteriores intentos de su padre” de rescatarlo, pero no hay nada determinante y sólo se conocerá tras el análisis de la tierra.
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La otra duda es cómo pudo caer tanta cantidad de material sobre el niño “hasta el punto de que el potente equipo de succión no fuese capaz de completar la tarea”.
Otra de las grandes interrogantes es por qué el pozo estaba abierto. Antonio Sánchez, quien perforó el pozo sin permiso para captación de agua, aseguró que se “había sellado con piedras”, pero que alguien lo abrió posteriormente.
Sin embargo, Roselló señaló no estaba bien sellado y por eso “Julen pisó y se coló entre ellas”. Según un vecino, el terreno era de un primo del padre del menor e hizo el pozo porque quería construir una casa.
Al lado del pozo, que era ilegal por la falta de permisos, se estaba excavando una zanja, la que tampoco estaba bajo regla, y se cree que por dichos trabajos se pudo haber corrido el cierre de piedras que habría puesto Sánchez.
La junta de Andalucía, en días anteriores, manifestó que “no se había tramitado ninguna autorización para excavar el pozo de más de cien metros y la zanja, y en ningún departamento del Gobierno autonómico consta que se solicitasen dichos permisos”.