Si, hoy es el día de la piscola y muchos deben estar ya haciendo planes para salir a celebrar. Pero hay un grupo de personas que no toma destilados y son amantes del vino y la cerveza, así esta nota está especialmente dedicada a ellos.
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Seguramente ese grupo conoce aquella leyenda urbana que señala que la caña es menor si primero se toma cerveza y luego se pasa al vino, pero no al revés.
Bueno, la ciencia buscó responder a esa inquietud y realizó un estudio cuyos resultados fueron publicados en la revista American Journal of Clinical Nutrition, y no, el mito no es cierto.
El trabajo fue realizado en el verano del 2017, cuando 90 voluntarios tuvieron la ardua tarea de participar en este experimento. Los científicos les pidieron que bebieran dos pintas y media de cerveza -casi dos litros y medio- seguido de cuatro copas de vino grandes para analizar los resultados.
No importa el orden
El grupo además de borracho, les permitió a los investigadores detectar que no hay una relación del orden de los tragos a la hora de encender la resaca del día posterior- reseña un artículo publicado por el diario español ABC.
«Al usar vino blanco y cerveza, no hemos encontrado ninguna prueba de que beber cerveza antes que vino te vaya a dar una resaca más moderada que en el otro orden», dice una de las conclusiones del estudio encabezado por Köran Köchling, de la Universidad de Witten/Herdecke en Alemania.
«La verdad es que beber demasiado de cualquier bebida alcohólica te va a llevar a tener resaca», agregó.
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El científico sostuvo además que «la única forma fiable de predecir cómo de miserable te sentirás al día siguiente es cuánto te has emborrachado o si te encuentras mal. Por eso deberíamos prestar atención a señales de peligro mientras bebemos».