Cuando Francesca Maples, de 23 años, entró al establo esa mañana vio con impotencia que desconocidos habían entrado al recinto y se habían llevado todo el alimento para los animales que allí guardaba.
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Pero eso no fue lo más doloroso para la joven, porque cuando llegó al espacio de Kamara, su querido caballo, notó que el animal estaba sin vida y había sido culpa de los delincuentes.
Los desconocidos, para tratar de evitar que el animal molestara y se pusiera incómodo con su presencia, le arrojaron 150 zanahorias a la caballeriza -unos 20 kilos del vegetal- lo que le provocó una sobredosis y después de un par de días la muerte.
Terrible final
La cuidadora de Kamara, en la localidad ingles de West Yorkshire, supo de inmediato la razón del pésimo estado de salud en el que encontró a su amigo. La cantidad de azúcar contenida en las zanahorias quemó el revestimiento del intestino del animal, lo que le impidió comer y beber agua.
Pese al tratamiento con antibióticos y los cuidados del veterinario y de Francesca, el animal no logró resistir y finalmente perdió la vida.
«Cuando revisé su cuerpo, pude sentir que tenía mucha hinchazón en la cabeza y el pecho», contó la joven al portal inglés Daily Mail.
«Hicimos todo lo que pudimos para salvarla, pero al final fue cruel mantenerla con vida por más tiempo. Había tenido a Kamara desde que tenía 16 meses, crecimos juntos», dijo la triste joven.