Pedro Pablo Santo Domingo estaba feliz porque iba a ser padre, tanto que decidió inmortalizar en su piel el nombre de su retoño. Sin embargo, como una broma del destino, luego de tener impreso el nombre de Benjamín -el que habían elegido para el bebé- se enteró de lo peor, no era el padre.
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Un mes de que se tatuara, el joven colombiano se enteró de la noticia al descubrir en el celular de su pareja una conversación de WhatsApp con su ex, en la que le contaba las ganas que tenía de retomar la relación con él.
Con el corazón destrozado por lo que leía, decidió seguir avanzando en el diálogo hasta encontrar la verdad, el hijo que su polola esperaba no era de él, sino que del ex.
El joven decidió encarar a la mujer y exigirle que una vez nacido el bebé se sometieran a una prueba de ADN. Así lo hicieron y confirmó que él no era el padre del menor.
Según recoge el portal de noticias La Opinión, la noticia no fue recibida por Santo Domingo, quien trató de destrozar la casa que habitaba con la mujer.
Los vecinos debieron intervenir y llamar a la policía para evitar que el incidente tuviera consecuencias más trágicas.
Tras ser detenido, el juez decidió dejarlo en libertad, no sin antes ofrecerle la inscripción en una terapia sicológica ara que pudiera hacer frente a lo que estaba viviendo.