Sus padres adherían al movimiento antivacunas, por lo que un simple corte en la frente cuando jugaba en la granja familiar en Oregon, EsTados Unidos, se transformó en la peor pesadilla de un niño de seis años.
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El pequeño -cuyo nombre se ha mantenido en reserva- disfrutaba de una tarde de juegos cuando pasó a llevar un metal oxidado, el que le provocó un corte poco profundo. La familia decidió curarlo en el hogar y cuidar la herida para lograr que sanara.
Sin embargo, todo se volvió complejo con el paso de los días y tras un simple rasguño terminó internado en la unidad de cuidados especiales, con riesgo de muerte.
El niño había contraído tétanos, una infección que además de ser dolorosa -y que se puede prevenir completamente con la vacuna- se transformó en el primer caso de tétanos pediátrico en el estado, en más de 30 años.
El caso, ocurrido en 2017, salió a la luz nuevamente gracias a la notoriedad que ha adquirido Ethan Lindenberger, el joven que pasó sus primeros 18 años sin ninguna vacuna, pero que en diciembre, contra el consejo de su madre, fue a vacunarse, en un acto de rebeldía que le valió una invitación al Congreso de Estados Unidos.
Sin vacunas
El niño de Oregon sobrevivió, dejando a sus padres una cuenta médica de más de US$800 mil y una horrible semana para la enfermedad, los padres negaron a los médicos tratantes la posibilidad de vacunar a su hijo contra otras enfermedades tan peligrosas como el tétanos.
Una de las doctoras tratantes, Judith Guzman-Cottrill, especialista pediátrica en enfermedades infecciosas en el Hospital de Niños Doernbecher OHSU en Portland, debió pasar semanas acompañando al pequeño que era mantenido sedado en una habitación oscura, usando tapones para los oídos para bloquear el ruido.
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Este confinamiento buscaba que -a pesar de que le habían administrado medicamentos paralíticos para detener los espasmos que causa el tétanos- el cuerpo no se tensara si alguien cerca de él hablara con una voz normal.
«Estaba realmente enfermo y fue muy difícil de ver», dijo Guzman-Cottrill al medio estadounidense Statnews.
«Estaba sufriendo», agregó asegurando que todo el equipo que cuidaba al niño encontraba su condición agonizante y especialmente raro que un caso como ese se presentara en 29017.
«Nunca pensé que vería un caso de tétanos severo en los Estados Unidos», dijo. «Ese fue un punto sorprendente para mí», sentenció la especialista.
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