Una joven rusa murió de pena seis meses después de que su esposo violara y estrangulara a su pequeña hija, lo que además motivó que servicios sociales le quitara la custodia de su otro hijo de 3 años.
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Anna Zubko sufrió una grave depresión y nunca se trató tras el brutal crimen, lo que terminó derivando en que no le importada su salud, señala Mirror.
La joven de 27 años sufrió un fuerte resfrío y no tuvo ningún tipo de tratamiento. Esto derivó en una neumonía y cuando finalmente buscó ayuda ya era demasiado tarde.
Anna y su esposo Yaroslav Oleinikov vivían en la ciudad de Rostov del Don en Rusia y la joven era la que mantenía el hogar trabajando como empleada de limpieza en un supermercado. Oleinikov estaba sin empleo y debía cuidar a Veronika de 6 años y a Ivan de 3.
Según datos de la investigación, el sujeto de 28 años habría violado varias veces a su hija antes de estrangularla y ahorcarla y el cuerpo de la niña fue encontrado colgando en un árbol del patio de la casa en la que vivían.
Oleinikov se encuentra en la cárcel y esperando el juicio lo que podría tener hasta 20 años en prisión.