Un hombre de 96 años, junto a una hija de 74, vivían en horribles condiciones en una casa Ojai, una pequeña localidad rural cercana a Los Angeles en Estados Unidos.
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Según informa el Daily Mail, ambos vivían rodeados de heces y orina, mientras más de 700 ratas rondaban por el lugar, hallándose también varios animales al interior del domicilio.
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El hecho quedó al descubierto luego que un chequeo de asistencia social que quería revisar las condiciones en las que se encontraba el hombre fuera impedido por otra hija de él, Catherine Ann Vandermaesen (65).
Ella es la tutora legal del sujeto y cuando llegaron los empleados les dijo junto a su hermana que no podían pasar al hogar y que llevarían a su padre a las afueras de la casa en silla de ruedas para que lo vieran.
Y como los asistentes iban acompañados por la policía, quienes detectaron el fuerte olor a amoníaco y orina que salía desde la vivienda, los agentes decidieron volver al día siguiente con mayor personal y entraron al domicilio, encontrándose con el terrible escenario.
La casa estaba repleta de ratas, contabilizando más de 700. Además estaba lleno de heces y orinas, encontrándose también diversos animales viviendo en el hogar como ocho perros, dos conejos, un loro y un gato.
La investigación determinó que la hija de 74 años que vivía con el hombre también era una «presunta víctima» de Vandermaesen, afirmando que la mujer permitía que sus parientes vivieran en esas condiciones. En ese punto, estiman que ella quería que su padre «sufriera», por lo que lo tenía en ese estado.
En ese punto, los funcionarios de asistencia social acusaron a la mujer de haber «causado o permitido voluntariamente que la salud de su anciano padre sufriera» al dejarlo vivir en la casa.
