Cerca de 50 personas escaparon de la muerte el fin de semana, luego que el piloto Charl Viljoen, estrellara la avioneta que minutos antes había robado, contra el edificio en el que estaban festejando.
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Pero el incidente ocurrido en Gaborone, capital de Botsuana no fue un hecho fortuito, sino más bien planificado por el piloto quien decidió convertirse en «kamikaze» para asesinar a su esposa.
Todo ocurrió, según el reporte del portal de noticias ewn.co.za, luego que Viljoen tuviera un altercado físico con su esposa, mientras celebraran un beby shower en la pista de aterrizaje del aeródromo de Matsieng.
Luego del encuentro, el piloto fue expulsado del lugar en evidente estado de ebriedad, lo que indignó al sujeto.
Avión robado
Viljoen, quien desde octubre del año pasado trabajaba para Kalahari Air Services, con sede en Botswana, se dirigió a los hangares desde donde llamó a uno de sus amigos, el que seguía en la fiesta, para saber en qué lugar exacto se encontraba su esposa.
Tras cortar la llamada, el sujeto robó un avión bimotor King Air y salió en vuelo, pasando rasante sobre la pista de aterrizaje donde aún permanecían algunos invitados de la fiesta, los que dejaron registro audiovisual de la situación.
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La policía informó que tras avanzar un par de minutos, trató de sacar a la gente del lugar, advirtiéndoles de alguna manera lo que haría y emprendió el vuelo hacia la casa club del aeródromo.
Ahí, estrelló el avión, dejando la torre de control y al menos 13 vehículos destruidos producto del impacto y posterior explosión.
Producto del impacto no hubo víctimas que lamentar aunque Viljoen fue declarado muerto mientras era trasladado al hospital.