Parece argumento de una película, pero de esas bien malas. Pero no, en realidad todo esto pasó en la ciudad estadounidense de Tobyhanna.
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Según informa el NY Post, Barbara Rogers (42) mató de un balazo a su novio Stephen Mineo en julio de 2017, aunque en la actualidad se está desarrollando el juicio del caso.
Acorde a los antecedentes, la pareja fue a consumir alcohol a un bar y luego fueron a un bosque ubicado cerca de la casa en que ambos vivían. Allí, le disparó con una pistola de calibre 45.
De acuerdo al relato de la mujer ante los miembros del jurado, fue su novio quien andaba con el arma de fuego, colocándosela en la cabeza. Tras esto tomó las manos de ella, las puso en la pistola y le pidió que la percutara.
Esto mismo fue lo que dijo cuando llamó al 911 tras el hecho, en donde indicó a la operadora que «mi novio tenía un arma. Me dijo que lo mantuviera aquí y apretara el gatillo. ¡Oh Dios mío, está muerto!».
Sin embargo, la mujer no solamente afirma que el sujeto le pidió que la matara, sino que recalcó que ambos pertenecían a un culto apocalíptico alienígeno, situación que derivó en que Mineo se volviera paranoico y que por ese motivo se comportaba de esa manera.
«Rogers identificó que el fallecido tenía problemas con un culto y quería que lo mataran y le pidió que lo hiciera», fue la declaración que dio el teniente de la policía Steven Williams cuando Barbara fue detenida el 2017.
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Sin embargo, el líder del grupo negó las acusaciones de la mujer y aseveró que ellos solamente habían advertido al hombre sobre cómo era en verdad su novia. «Era peligrosa y lo había cegado (a Mineo)», aseguró.
«Los miembros del culto estaban convencidos de que Rogers era una bruja o una reptiliana que quería matar a Mineo», recalcaron.