Ahora está un poco más tranquila, pero dice que durante mucho tiempo vivió “perseguida” y “obsesionada” con la situación. Arancha (nombre ficticio) ganó un juicio contra su ex jefe y tras casi tres años de lucha recibirá una indemnización de 70 mil dólares, señala El País.
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Todo comenzó en febrero de 2016 cuando en la recepción de la clínica dental en la que trabajaba en Madrid encontró un pendrive.
La mujer dice que pensó que podía ser de un paciente y que decidió ver qué tenía “adentro”. Cuando miró la pantalla del computador se quedó de una pieza.
Solamente había imágenes de ella mientras se cambiaba de ropa para ponerse el uniforme de trabajo y quien las tomó era nada menos que su jefe.
“Durante mucho tiempo me sentí fatal”, asegura, y agrega que cada vez que salía sentía que la podían estar grabando y que aún tres años después del hecho a veces tiene ciertas sospechas de que le pueda volver a ocurrir.
Según la resolución de la Justicia, “al menos en seis ocasiones, antes de la hora de ingreso de la mujer, el demandado accionaba un aparato de grabación de imagen y sonido, que dejaba conectado”, apunta el medio español.
Tras tomar los registros, el jefe volvía a la habitación “y ponía fin a la grabación”.
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J.A.R.R., las iniciales el jefe acusado, había presentado varios recursos contra la resolución, pero los magistrados de la Sala de lo Social rechazaron la última de sus opciones, ya que «el hecho está claramente constatado» y ahora deberá pagar.
Eso sí, Arancha no solo se quedará con la compensación económica, ya que también presentó una demanda penal.