«Mamá, ¿por qué no viniste cuando llorábamos anoche?». Esa pregunta dejó completamente helado a Kate y Gerry McCann el 3 de mayo del 2007.
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La pareja inglesa se encontraba de vacaciones con sus dos hijos en el balneario portugués de Praia da Luz y quien hacía la consulta era Madeleine, quien se había quedado en la habitación con su hermano Sean mientras sus padres habían salido a cenar con unos amigos.
La duda causó desconcierto en el matrimonio, ya que no sabían que podría haber pasado para que Maddie hiciera esa consulta. ¿Tuvieron alguna pesadilla? ¿Alguno se sintió mal? O bien, ¿se dieron cuenta que ellos no estaban?
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Esas preguntas rondaron en la cabeza de Kate y Gerry, aunque horas después la duda se elevó infinitamente: Madeleine desaparecía sin dejar rastro alguno mientras ellos nuevamente estaban en un restaurante, ubicado a escasos pasos del sitio donde alojaban.
Esta situación aparece en el libro escrito por la madre de Maddie titulado «Madeleine McCann: La desaparición de nuestra hija», el cual apareció el 2011 pero que volvió a ser reflotada con fuerza durante los últimos días tras la aparición de una serie documental de Netflix sobre el tema.
«A la hora del desayuno, Madeleine nos hizo una pregunta: ‘¿Por qué no viniste cuando Sean y yo lloramos anoche?'», aparece en la publicación.
«Nos quedamos perplejos, ¿quiso decir cuando se estaban bañando o cuando se habían ido a la cama? Ciertamente no había sido en las primeras horas porque había estado en la habitación con ellos. Madeleine no respondió ni elaboró, en lugar de eso, pasó a otro tema que había surgido en su cabeza», se señala en el texto.
«Gerry y yo estábamos desconcertados, ¿Madeleine y Sean podrían haberse despertado mientras estábamos cenando? Si es así, era preocupante, obviamente, pero no parecía probable. Como he dicho, no solo raramente se movían en la noche, sino que si lo hacían era casi nunca, y quiero decir, nunca, antes de las primeras horas. Si lo hubieran hecho en esta ocasión, significaría que se habían despertado, lloraron un rato, se calmaron y se quedaron dormidos nuevamente», se agrega.
Esta pregunta de Maddie quedó dando vueltas en la cabeza de Kate considerando lo ocurrido posteriormente. ¿Habrá ingresado a la vivienda el día anterior la persona que pudo haber secuestrado a su hija? Esa hipótesis ha sido abordada también por la policía en el marco de la decena de teorías existentes sobre qué pasó con la pequeña.
«Dentro de unas horas, la explicación de esto parecería enormemente importante, y tan obsesionada he estado desde entonces por las palabras de Madeleine esa mañana que he seguido culpándome por no sentarme y asegurarme completamente de que no había más información que pudiera extraer de ella», afirma la madre en el libro.
«Esta podría haber sido mi única oportunidad de evitar lo que iba a suceder, y lo eché a perder. No había absolutamente nada que me diera ninguna razón para sospechar y todos podemos ser inteligentes después del evento. Pero creo que hubo alguien que entró o trató de entrar en el dormitorio de los niños esa noche, y eso fue lo que los molestó», remató Kate.