El 11 de mayo de 2011 desapareció el menor de 6 años Timmothy Pitzen. Su madre Amy Fry-Pitzen lo fue a retirar del colegio Illinois y se fueron de viaje. El itinerario incluía paradas en un zoológico y un parque acuático.
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Sin embargo, tres días después la mujer apareció muerta en una habitación de hotel en Rockford. Allí había una carta en donde ella indicaba que se había quitado la vida y que su hijo se encontraba con personas que lo amaban. Al final dejó una desafiante frase: «Nunca lo encontrarán».
Y efectivamente, durante todos estos años nada se supo del menor, pese a los intentos de la policía por dar con alguna pista que permitiera dar algún indicativo sobre el paradero del niño, según consigna CNN.
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El miércoles cambió todo
Ese día Sharon Hal, una mujer que vive en el vecindario de Newport en Kentucky, se encontró con un adolescente vagando, con el rostro confundido y con evidente muestra de que no lo estaba pasando bien.
Llamó por teléfono a la policía para indicarle que había un menor que se notaba bastante «nervioso» vagando por la zona y cuando los agentes llegaron, quedaron impactados: el joven les dijo que su nombre era Timmothy Pitzen.
Tras esto relató que dos hombres lo mantuvieron secuestrado durante todos estos años y que había logrado escapar de ellos desde la habitación de un hotel. Describió a sus presuntos captores como sujetos que parecían fisicoculturistas, afirmando que tenían tatuajes: uno de telaraña en el cuello y el otro de serpiente en los brazos.
La policía revisó los hoteles de la zona pero no logró dar con personas que tuvieran dicha apariencia, mientras están tratado de determinar si el menor es efectivamente el pequeño que llevaba años desaparecido.
Quienes están expectante son los parientes de Timmothy, especialmente su padre Jim Pitzen.
«Tengo una imagen. Es del día en que lo dejé en la escuela y se fue corriendo a clase. Y esa es prácticamente la última imagen de él que tengo en mi mente», señaló en una entrevista a CNN el 2015.
Cabe mencionar que acorde a los familiares, la pareja tenía problemas en su relación y la mujer estaba atravesando una depresión, por lo que temía que ante un eventual divorcio no quedara con la custodia de su hijo por el estado de su salud mental. Esta es la hipótesis que se maneja para entender las razones por las cuales secuestró a su hijo para luego quitarse la vida.