Una niña inglesa de 6 años, identificada como Lily Schooley, se dio cuenta que varios compañeros de colegio comenzaron a faltar a clases debido a que les dio varicela. Ante eso, más astuta que nadie, decidió hacerse pintas rojas en todo el cuerpo para luego ir donde sus padres a decirles que también se había contagiado así que no podría ir a la escuela, justo un día que tendría una prueba.
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Según informa The Sun, lo único que logró la menor fue que sus progenitores se murieran de la risa con la ocurrencia de la pequeña, ya que justamente 10 minutos antes de contar su enfermedad, le había pedido a su mamá que le prestara un lápiz rojo, por lo que era lógico que todo era una mentira.
El problema para la niña fue que sus padres le dijeron que tendría que ir a ver al médico entonces, lo que asustó a la menor, por lo que corrió al baño a ducharse y así demostrar que todo era una mentira.
El drama fue que usó un plumón permanente, por lo que ninguna pinta desapareció de su cuerpo, durándole al menos por cuatro días.
«La casa siempre está llena de risas con Lily. Ella es muy ingeniosa», señaló la madre de la pequeña, agregando que «mi marido y yo estábamos llorando de risa, tratando de no decir lo que sabíamos».
Six-year-old's plan to draw chicken pox on herself with permanent marker to skip school goes terribly wrong 😂 https://t.co/boLQk58kYf
— The Sun (@TheSun) April 5, 2019
Lo terrible para la menor no fue solo que las manchas no desaparecieran, sino que debió ir al colegio con las pintas rojas, por lo que todos sus compañeros pensaron que de verdad estaba enferma.
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«Tuvimos que enviarla con una carta al día siguiente para decir que no eran contagiosas o reales y que no podíamos deshacernos de ellas. Usamos gel de baño, jabón, agua caliente, aceite de bebé, toallitas con alcohol. Creo que fue la laca para el cabello la que lo eliminó, después de cuatro días», expresó su mamá.
«Todos la miraban como si fuera contagiosa. Tuvimos que decirle a todos que no lo era. Ella también tuvo educación física ese día y tuvo que usar pantalones cortos y camisetas. Los maestros pensaron que era muy gracioso», remató la mujer.