Uno de los fenómenos más hermosos que se pueden ver en la vida son las auroras boreales. Ahora, lastimosamente estamos bastante lejos de países como Noruega, Dinamarca e Islandia, pero aun así podemos maravillarnos con las imágenes que existen.
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Y justamente el astrofotógrado español Juan Carlos Casado decidió centrarse en tomar registro de estos hechos, considerando la belleza que se puede obtener de los iluminados cielos en estos gélidos paisajes.
En ese sentido, el 2016 logró poner una de sus fotografías como la imagen astronómica del día de la NASA tras retratar una aurora boreal sobre el lago Thingvallavatn en Islandia.
Aurora en espiral 🤩
Crédito: Juan Carlos Casado (TWAN, StarryEarth). pic.twitter.com/kaRrqonz47— Instituto de Astronomía UNAM (@iaunam) April 23, 2019
Sin embargo, el experto indicó que detrás de la belleza que existe en las fotografías se esconde una peligrosa amenaza.
¿Qué es?
Las auroras boreales son causadas por las tormentas solares, específicamente cuando la eyección de partículas solares cargadas choca con la magnetosfera de la Tierra.
Y si bien éstas tormentas son mayoritariamente inofensivas para nuestro planeta, Casado advirtió que un fenómeno de este tipo podría devastar todos los productos electrónicos que existen en la actualidad.
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Al respecto, detalló que en 1859 una tormenta solar destruyó las redes de telégrafos a nivel mundial, generando chispas en las torres de telégrafos y provocando dolorosas descargas eléctricas a los operadores, según consigna el Daily Mail.
«Admira la belleza, pero teme a la bestia», sostuvo el experto español en el pie de foto de la celebrada imagen.
En ese sentido, precisó que «la belleza es la aurora en lo alto, aquí tomando la forma de una gran espiral verde, vista entre nubes pintorescas con la brillante Luna a un lado y estrellas en el fondo. La bestia es la ola de partículas cargadas que crea la aurora, pero podría, algún día, dañar la civilización».
En este punto, el medio señala que justamente la tormenta solar acaecida en 1859 fue precedida por prominentes auroras vistas en todo el mundo, con las luces del norte apareciendo tan al sur como el Caribe.
Asimismo, asegura que «en el noreste de los Estados Unidos, los espectáculos de luces eran tan brillantes que uno podía leer un periódico por ellos en la noche».
«La tormenta solar comprimió el campo magnético de la Tierra con tanta violencia que indujo corrientes eléctricas en los cables telegráficos», se menciona.
Cabe mencionar que dicha situación fue conocida como «el evento de Carrington», luego que el astrónomo inglés Richard Carrington, detectara por primera vez una llamarada solar.