«Una extraña sensación de calma se percibe en Santiago de Chile. El ritmo con el que se mueve la ciudad, pausado y armonioso, resulta ajeno para alguien que llega de un país cercano (poco más de 3 mil kilómetros separan a Lima de Santiago) pero que está acostumbrado a vivir en medio del desorden propio de la falta de educación vial».
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Así comienza una nota del diario peruano El Comercio en donde destacan las virtudes de nuestra capital como destino turístico, especialmente cómo para una escapada de fin de semana.
El artículo titulado como «Santiago de Chile: qué hacer, dónde comer y qué comprar si piensas viajar y tienes poco tiempo», indicándose que la capital es «segura, ordenada y sofisticada».
«Ante la necesidad de salir del tráfico, los conductores santiaguinos no tocan el claxon. Tampoco hay policías de tránsito haciendo sonar su silbato. Y los buses de transporte público -¡qué maravilla!- siempre estacionan en el lugar indicado. A diferencia de otras ciudades de la región, parece que la capital chilena funciona en piloto automático. Pero, sobre todo, genera la impresión de que está diseñada para respetar a sus ciudadanos y a quienes la visitan», se señala en la nota.
Entre los puntos destacados de Santiago para recorrer, se nombran La Moneda y la Plaza de la Constitución, el cerro Santa Lucía, el barrio Bellavista, el Costanera Center, el teleférico del cerro San Cristóbal y el Mercado Central.
Y pese a que no se critica en demasía, igual resaltaron que Lima tiene un punto a su favor en comparación a Santiago: «Bien dicen que cada quien cosecha lo que siembra: no tendremos cultura vial, pero siempre tendremos a la gastronomía». Y pese a lo que pueda pensar cada persona y destacando que tenemos en Chile platos muy ricos, hay algo que es cierto: la comida peruana es maravillosa.