Jerome Kunkel no quería ser vacunado contra la varicela. Incluso, demandó al departamento de salud de la ciudad donde reside en Estados Unidos para evitar a toda costa ser inoculado.
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En ese sentido, su rechazo se debía a sus creencias religiosas, las cuales también compartían sus padres. En ese sentido, su progenitor indicó a la cadena televisiva WLWT que estaban en contra de este procedimiento debido a que las vacunas las hacían con «fetos abortados».
Lo curioso es que dos meses después de presentar la demanda, el joven terminó en la cama: se contagió de varicela.
¿Cómo se desarrolló todo este caso?
El origen proviene de una orden emanada por el Departamento de Salud del Norte de Kentucky, luego que 32 personas de la secundaria donde estudia el joven se contagiaran de varicela.
El organismo señaló además que quienes no se vacunaran debían estar ausente de la escuela por al menos 21 días, contabilizando desde el último caso de la enfermedad en el establecimiento.
Esta situación no fue del agrado del joven, ya que es parte del equipo de baloncesto y se perdería partidos al rechazar ser vacunado.
«El hecho de que no pueda terminar mi último año de baloncesto, como nuestros últimos juegos, es bastante devastador. Me refiero a que pasas cuatro años jugando baloncesto en la escuela secundaria, pero esperas tu último año», expresó el joven.
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Sin embargo, la justicia rechazó la demanda de Kunkel, quien finalmente perdió más de un mes de clases tras contagiarse a mediados de marzo.
«Jerome está en proceso de recuperación. Se siente como que arruinaron su último año», remató el abogado del joven, quien ayer miércoles volvió a la secundaria.
