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“Ni siquiera el terremoto de 2010 fue tan destructivo”: el crudo relato de un chofer de Talcahuano que vivió la tromba marina

Una de las cosas que más le impactó fue ver un local de comida rápida cuyo segundo piso “había desaparecido”.

Carlos Bolívar vive en  Talcahuano y trabaja como Uber. Claro que hoy fue un día distinto;  terminó agradeciendo no haberse convertido en una víctima fatal de la tromba marina que azotó la zona.

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La tarde de este viernes, el hombre de 44 años aceptó buscar a una cliente en el sector Brisas del Sol. Al llegar, la pasajera se subió al auto y ambos emprendieron su camino. Pero al «salir hacia la calle principal, comienza a caer granizo y a oscurecer mucho»; así contó la antesala a una fuerte ráfaga de viento que movería bruscamente su automóvil.

«Íbamos de vuelta y empezó a llover demasiado fuerte, comenzó a caer granizo y a oscurecer mucho, mucho… Vamos saliendo de Brisas del Sol y comienzan a caer latas y maderos. Una de las latas golpeó mi vehículo. Un fuerte viento lo hizo girar, yo diría que 360 grados», narró el conductor a Agencia Uno.

Carlos detalló que luego de dar la vuelta constató su estado físico y el de su clienta. «Nos sujetamos bien. Le pregunté si estaba bien. Dijo que sí, y seguimos el viaje», explicó el hombre, sin saber que, minutos después, la urbanización se convertiría en una de las más afectadas por el fenómeno climático.

«Cuando llegamos a donde iba, la llamó (pasajera) un vecino y le dijo que su casa estaba destruida», indicó.

El conductor asegura que luego de recibir la llamada retornaron a la vivienda de la señora. Ahí «dimensionaron lo que en realidad había pasado». Alega que si se salvó, es porque le «agarró en el borde del epicentro del tornado».

Dimensionando los daños de la tromba marina

Vehículos volcados y destruidos fue lo primero que observaron al llegar. Posteriormente, detalla que tanto la casa de la señora como edificaciones públicas, se encontraban afectadas. Incluso, manifestó que una de las cosas que más le impactó fue ver un local de comida rápida cuyo segundo piso «había desaparecido».

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«Nunca pensamos que pudo haber sido un tornado. Cuando nos devolvimos fue una sensación de impotencia porque todo estaba destruido», lamentó.

Para Carlos, los daños no se comparan con algún otro fenómeno experimentado en la comuna, o en la región.

«Ni siquiera el terremoto del 2010 fue tan destructivo», afirmó el cuadragenario.

Bolívar detalló que lo primero que sintió fue «susto y miedo por cómo se movió el vehículo», pero, a la vez, dio gracias «porque si hubiese estado en el epicentro, la historia hubiese sido otra».

No obstante, la suerte de su pasajera fue otra. Al llegar, contó que lo primero que dijo la mujer fue: «Está sin techo mi casa», antes de salir corriendo al interior para constatar los daños.

El conductor explicó que un ventanal roto, la ausencia de techo y de otras cosas que habrían «salido volando» durante la tromba, fue el escenario con el cual se encontró.

Finalmente, el hombre señaló que lo siguiente que hizo fue buscar a su pareja a su sitio de trabajo. Y, entre susto y cuentos, regresaron a su hogar.

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