David y Michelle Paul habían planeado durante un buen tiempo unas vacaciones soñadas a Fiji, las que terminarían siendo las últimas de su vida.
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La joven pareja tenía una hija de dos años, mientras David una niña de una relación anterior, y antes de partir desde Texas fueron a dejar a los menores con sus padres.
El 22 de mayo pasado llegaron a Fiji y a los pocos días de su llegada comenzaron a sufrir “vómitos, diarrea y sus manos estaban adormecidas”, señala NBC News.
Primero fueron a una clínica y después a un hospital, donde luego de una terapia intravenosa fueron dados de alta.
Lamentablemente las condiciones de ambos empeoraron pese al tratamiento y murieron con pocos días de diferencia.
La causas de la muerte aún no están claras, y según el Ministerio de Salud y Servicios Médicos de Fiji están “trabajando con la policía forense, la OMS y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE UU para tratar de determinar qué sucedió” y qué enfermedad los afectó, apunta CBS News.
Incluso, el ministerio aseguró que había “ implementado medidas de salud pública”, claro que no especificaron cuáles eran dichas medidas.
“Simplemente terminó de la manera equivocada. Pero fue un buen viaje antes de eso”, dijo el padre de Michelle, Marc Calanog, que le pidió a su esposa “mantenerse fuertes”, ya que ahora tienen que hacerse cargo de su nieta.