En la era del #MeToo, las mujeres japonesas han emprendido una campaña contra la obligación de acudir a trabajar con zapatos de tacón, en un movimiento bautizado como #KuToo en referencia a las palabras para “zapatos” y “agonía”.
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Yumi Ishikawa, que inició el movimiento, entregó esta semana una petición al Ministerio de Trabajo denunciando esa clase de normas. Cuando se le preguntó sobre la petición en un comité parlamentario, el ministro de Trabajo, Takumi Nemoto, pareció el miércoles defender la costumbre, al decir que los zapatos podrían ser necesarios debido a las expectativas sociales tradicionales en algunos puestos de trabajo.
Ishikawa, ataviada con zapatillas azules de deporte, afirmó en una entrevista que estas normas se basan en la “discriminación de género”.
A los hombres en Japón no se les exige llevar zapatos de tacón, aunque muchos llevan trajes de chaqueta, camisas bien planchadas y corbata. En los cálidos meses de verano, muchas oficinas tienen una política oficial de vestimenta “fresca” que permite camisas de manga corta y acudir sin corbata.