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Fueron unas exóticas vacaciones hasta que ocurrió lo peor: madre subió al vuelo sin su hijo autista y lo notó cuando ya era muy tarde

Pensó que estaba sentado más adelante.

El pasado 4 de junio fue, probablemente, el peor día en la vida de Nicola Purdy. Y es que esta madre británica contó a los medios su fatídico viaje desde Creta, donde estaba de vacaciones junto a sus tres hijos.

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Todo comenzó cuando volvían de unas exóticas vacaciones en la isla griega. Ahí, Purdy abordó el vuelo rumbo a Cardiff junto a sus tres hijos; Alex, de 12 años; Darcie, de 11; y Jack, de 24, quien además sufre de autismo.

Pero mientras ella y los dos menores recogían su equipaje en el aeropuerto de su cuidad natal, notaron un detalle que los espantó: habían dejado a Jack en Grecia.

Desesperación en el aeropuerto

Jack estaba a la deriva, sin pasaporte, dinero ni manera de comunicarse con su familia.

Según trascendió, el joven autista se quejó de dolor de cabeza y vómitos cuando llegaron al aeropuerto internacional de Heraklion. Su madre pensó que el personal médico del avión lo ayudaría, jamás que se quedaría abajo debido a la dolencia.

Así las cosas, vio a su hijo pasar por delante de ella en una silla de ruedas. “El médico vino, tomó su tarjeta de embarque y se lo llevó, y dijo que lo pondrían en el vuelo en asientos prioritarios”, reveló al medio local Wales Online.

“Noté que no estaba en su asiento asignado, pero estábamos justo atrás. Pensé que estaba sentado más adelante, no había razón para que no estuviera en ese vuelo”, agregó.

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“Estaba perfectamente ajena a lo que pasaba. Luego llegamos a Cardiff y fuimos a buscar el equipaje. Esperamos un rato, y no quedaba nadie en la zona de llegadas ni en la de salidas, y pensé, ¿dónde está mi hijo?”, expresó la madre de 48 años.

El regreso de Jack

Luego de notar el terrible problema al que se enfrentaba, Purdy pidió ayuda al personal de seguridad del aeropuerto, a la policía e incluso al consulado británico.

Su hijo autista no estaba en ningún lugar. “Debió haber estado pensando que lo habíamos abandonado. Fue horrible”, relató.

Y claro, más tarde supieron la verdad; cuando Jack se reportó enfermo, fue bajado del vuelo y enviado a un hospital. Luego de ser dado de alta, un gerente de la agencia de viajes donde compraron los pasajes devuelta al Reino Unido asistió al joven, lo ayudó a abordar y lo envió en taxi hasta la puerta de su casa.

“Una vez que nos enteramos de que había regresado del hospital y aún estaba en el aeropuerto, los apoyamos totalmente organizando un vuelo de regreso al Reino Unido, y un viaje de regreso hasta la casa, cubriendo todo el costo”, aclararon desde TUI UK.

Afortunadamente esta historia no terminó en una tragedia, pero sí en unas vacaciones para el olvido. Y cómo no, si al reencontrarse, el joven autista «estaba llorando. Cuando llegó a casa todavía no estaba nada bien», sentenció su madre.

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