Sierra Wilson paseaba con su hijo Nolan por las calles de la ciudad Jefferson en Tennessee cuando fueron embestidos por un Chevrolet Impala.
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La mujer de 30 años estaba embarazada y no pudo sobrevivir debido a las graves heridas, al igual que su pequeño de 2 años. Murieron juntos en lo que parecía, en un primer momento, un trágico accidente.
Sin embargo, el atropello no fue un accidente, sino que un asesinato perpetrado por William David Phillips, el que eligió a sus víctimas al azar en una loca carrera que lo terminó luego estrellarse en un edificio cercano.
Según USA Today, el hombre de 33 años atacó con su auto a peatones de manera intencional y primero atropelló a Tillman Gunter de 62 años, el que terminó con heridas de mediana consideración.
Tras ello, volvió a la calle con el Chevrolet Impala y cerca de un kilómetro después se fue sobre Sierra y Nolan. Luego, se estrelló contra la empresa y dejó a una empleada del lugar con heridas leves.
“Fue un acto intencional de violencia hacia peatones elegidos al azar”, señaló la policía en un comunicado, el que agregó que Phillips no conocía a las víctimas.
Cuando fue interrogado, el sujeto aseguró que estaba siguiendo las “órdenes de una voz” que sólo él había escuchado, la que le dijo que “tenía que matar a los adictos a la metanfetamina, por lo que comenzó a conducir muy rápido”, apunta Fox News.
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Phillips también indicó que “la voz” le señaló que el coche que empujaba la mujer, y en el que llevaba a su hijo, tenía metanfetamina y por eso se fue contra ellos y los atropelló de forma fatal.
El hombre se encuentra detenido sin derecho a fianza y acusado de dos cargos de asesinato en primer grado, uno de intento de asesinato en primer grado y se espera que se le agregue un tercer cargo de asesinato en primer grado por la muerte del bebé que estaba por nacer.