Verónica Aguilar finalmente se sentó en el banquillo de los acusados luego de casi 3 años de que se descubriera el cuerpo sin vida de su hijo de 11 años Yonatan Daniel Aguilar en uno de los armarios de su casa.
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La mujer está enfrentando cargos de asesinato y abuso infantil y de ser encontrada culpable incluso podría ser condenada a pena de muerte, indica Telemundo.
La mujer, que tenía cuatro hijos y estaba en los Estados Unidos ilegalmente, conoció a José Pinzón Ávila en 2005 y se casaron. Ambos vivían con dos hijos de Aguilar y entre 2007 y 2008 llegaron otros dos hijos de la mujer desde México y uno era Yonatan, quien tenía necesidades especiales.
El niño comenzó a tener problemas en el colegio e incluso fue “acusado de cortarle la ropa a una niña y golpear a otro niño”.
La mujer le contó a su esposo que había llevado al menor a terapia, pero sentía que no estaba recibiendo la “asistencia suficiente” porque eran indocumentados. Finalmente, y para darle “una mejor vida”, le aseguró a Pinzón que había enviado de vuelta al niño a México porque pensaba que eso sería lo mejor.
Ese «viaje a México» era sólo una historia inventada por Aguilar y se derrumbó el 22 de agosto del 2016 cuando el padrastro de Yonatan llamó al 911 a la policía de Los Angeles.
Abel Muñoz, uno de los oficiales que respondió al llamado, afirmó que Pinzón “estaba histérico y asustado», y le contó que tras llegar de su trabajo a casa su esposa le dijo que el “niño estaba muerto” y “que su vida se había terminado”.
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El uniformado relató que encontró en el armario a un “pequeño que parecía tener 5 o 6 años” con sus manos “frías y rígidas” y que estaba envuelto en una frazada. “Vi a un niño muy demacrado y de aspecto frágil”.
Según los datos de la investigación, Aguilar mantuvo al niño en el armario al menos durante tres años y lo sedaba constantemente. El niño mostraba graves signos de desnutrición y apenas pesaba 15 kilos.
También el pequeño presentaba “deshidratación crónica”, la que podría haberse extendido por “semanas, meses o años” y según los registros forenses Yonatan terminó falleciendo por “efectos combinados de múltiples drogas”.
Por último, Pinzón aseguró que siempre pensó que el niño estaba en México, que nunca supo que estaba en el armario y que dormía en habitaciones separadas con su esposa.
Además, agregó que pasaba poco tiempo en casa, ya que tenía dos empleos y trabajaba 18 horas diarias, apunta Fox News.
Aguilar aún no declara en el juicio y se espera que al menos uno de sus hijos entregue su testimonio en la corte.