Una decisión de un tribunal inglés ha desatado toda una polémica e incluso motivó las duras críticas de la iglesia católica luego de que se obligara a una mujer con discapacidad de aprendizaje a abortar en contra de su voluntad.
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La joven de 20 años está embarazada de 22 semanas (en el Reino Unido el aborto sólo se puede realizar hasta la semana 24) y tiene “la capacidad mental de un niño de seis a nueve años”, por lo que la Justicia dijo que se había pensado en los “mejores intereses de la mujer”, afirma The Guardian.
La jueza Nathalie Lieven aseguró que su decisión fue “desgarradora” y que está muy “consciente de que el hecho de que el estado ordene a una mujer abortar aunque no quiera es una inmensa intrusión”.
“Creo que le gustaría tener un bebé de la misma manera que le gustaría tener una muñeca”, agregó.
Aunque la joven quería tener al niño y su mamá había dicho que ella se haría cargo, se consideró que sería más traumático para la mujer si daba a luz y luego le “quitarán” al bebé para darlo en adopción, que si se la sometía a un aborto.
El obispo de la diócesis católica de Westminster, criticó duramente la decisión de la Justicia y manifestó que “forzar a una mujer a abortar contra su voluntad y la de su familia cercana, infringe sus derechos humanos, por no mencionar el derecho de su hijo no nacido a la vida en una familia que se ha comprometido a cuidar a este niño”.
Durante la lectura del fallo, la jueza afirmó que “las circunstancias de la concepción eran poco claras” y que por lo mismo se sigue llevando a cabo una investigación policial, apunta The Independent.