Cuando el pequeño Joey ya estaba en el vientre de su madre Leanne Watts, la familia sabía que nada sería fácil para el niño que estaba por llegar al mundo.
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A las 28 semanas, los doctores le informaron a sus padres que el bebé padecía una rara enfermedad. Joey tenía Estenosis supravalvular aórtica, una forma de obstrucción del tracto de salida ventricular izquierdo.
El pequeño, que ahora tiene 6 años, fue sometido el 23 de mayo pasado a una delicada cirugía que duró 8 horas en el Leeds Children’s Hospital en Inglaterra.
Afortunadamente todo salió bien, y el 29 de mayo Joey dejó el hospital con una cicatriz de 9 centímetros en el centro del pecho, indica The Independent.
“¿Es aquí dónde me han cortado para arreglar mi corazón?”, fue la pregunta que hizo el menor cuando pudo ver por primera vez el largo corte que se extendía por su pecho.
Martin Watts, el papá de Joey, decidió que no sólo bastaba el cariño y sacrificio para ayudar a su hijo, y quiso plasmar en su piel su apoyo.
El orgulloso padre se tatuó una cicatriz idéntica a la que le había quedado a su hijo tras la intervención y también el “latido del corazón” del pequeño.
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La imagen fue compartida en Facebook por Children’s Heart Surgery Fund por la campaña #ScarSelfie, en la que buscan que los pacientes que han sido operados del corazón compartan sus cicatrices para que muestren su “valentía y resistencia” y también para recaudar fondos para la unidad de cardiología del hospital.