Conforme una ola de calor avanzaba el martes hacia el este de Europa, llevando consigo temperaturas abrasadoras a Serbia y el resto de los Balcanes, nuevos datos revelaron que el mes pasado fue el junio más caliente del que se tenga registro en el continente.
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Las mediciones recabadas por el sistema satelital Copérnico de la Unión Europea revelaron que la temperatura promedio en el continente el mes pasado fue más de 2 grados Celsius superior que durante el periodo de referencia que abarca de 1981 a 2010.
El calor intenso hacia finales de junio también rompió por 1° C el récord continental para el mes, impuesto en 1999. Francia, Suiza, Austria, Alemania, República Checa y España impusieron nuevas marcas nacionales para el mes de junio y la localidad de Gallargues-le-Montueux, en el sur de Francia, alcanzó el viernes los 45,9 Celsius (114,6 Fahrenheit).
En un estudio por separado publicado el martes, un grupo internacional de expertos que examinaron las posibles conexiones entre los eventos climáticos extremos y el calentamiento global advirtieron que Europa enfrentará olas de calor cada vez más frecuentes e intensas.
Después de analizar las temperaturas de la ciudad francesa de Tolosa entre el 26 y el 28 de junio, el grupo World Weather Attribution concluyó que cada ola de calor que se registra actualmente en Europa “se ha vuelto más probable e intensa debido al cambio climático inducido por el ser humano”.
Revelaron que las condiciones extremas registradas en ese periodo de tres días, cuando se presentó una ola de aire caliente proveniente del Desierto del Sahara, son al menos cinco veces más factibles en la actualidad de lo que eran a principios del siglo pasado, antes de que las emisiones de gases de efecto invernadero tuvieran un impacto mayor en la atmósfera.
Geert Jan van Oldenborgh, investigador del instituto meteorológico holandés KNMI y uno de los autores del reporte, dijo que otros factores además del cambio climático podrían afectar aún más la frecuencia y el alcance de los eventos climáticos extremos.
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El estudio de World Weather Attribution aún no ha sido revisado por expertos, pero el grupo utiliza métodos que son considerados válidos por la comunidad científica en general.
Martin Hoerling, meteorólogo investigador de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA por sus siglas en inglés) que no participó en el estudio, dijo que los hallazgos son congruentes con otros registros que demuestran que los veranos se han vuelto más calientes en Europa desde el inicio del siglo XX.
“Los veranos europeos más cálidos son la nueva norma climática, aunque esa normalidad cambiará más adelante”, indicó.