Del miedo y el terror al enojo y la indignación. Así terminaron 180 pasajeros de Vueling Airlines luego de un aviso de falsa bomba que había sido dejado de un vuelo anterior.
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Cuando el avión “estaba en la pista dando la vuelta para despegar”, una de las pasajeras bajó la bandeja y se encontró con un papel en el que se detallaba la “amenaza”, apunta El País.
De inmediato llamó a una sobrecargo y se iniciaron todos los protocolos que están establecidos para estos casos.
En la nota se detallaba que había una bomba que podía explotar, que contenía “glicerina” y estaba firmada por “el terrorista”.
Luego de detener la aeronave y bajar a los pasajeros y la tripulación, llegó la policía y revisaron por todos lados ayudados por perros detectores de explosivos.
Luego del mal rato y de un largo tiempo de espera, se les informó a los pasajeros que no había tal bomba y que fue “un niño de 11 años, que había gastado una broma”, que había sido localizado y que estaba con sus padres.
El menor escribió la nota tras viajar en el mismo avión y la dejó oculta en la bandeja, para que fuera descubierta por otro pasajero.
Finalmente, tras varias horas de retraso, por fin el vuelo desde Fuerteventura a Santiago de Compostela inició su viaje y todos llegaron sin problemas a destino.