De seguro todos hemos tenido un apodo o sobrenombre en la vida, yo he sido «la grande», «la maldad» y «la abuela» y aunque es una costumbre que podría prestarse para el bullying, es una característica típica chilena renombrar a los amigos -y a los no tanto- por alguna característica.
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Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (RAE), un apodo es un «nombre dado a una persona o cosa, inspirado en sus defectos corporales o en alguna otra característica o circunstancia», o bien, un nombre similar en origen o pronunciación al del nombre original.
Y como dicen que nosotros, los habitantes de esta larga y angosta faja de tierra llamada Chile somos creativos, un grupo de tuiteros se dedicó a compartir los mejores sobrenombres que se han escuchado en el país.
No es la primera vez que esto sucede, es más en 2017 otro grupo hizo lo mismo -yo hice la nota es a vez- pero esta vez aparecieron nuevos apodos, los que en realidad no había escuchado nunca y que me hicieron reír tanto que la gente me miraba en el metro.
«Papitas cocidas»
La autora del hilo esta vez fue la tuitera @huachacomunista quien escribió «Hablemos de apodos? Los más graciosos que he conocido: – un taxista en Puerto Varas que le decían el «papitas cocidas»… Porque andaba siempre con un amigo al que le decían «prieta» – un gallo que tenía vitíligo y sus amigos le decían «el caballo de indio»».
Desde ahí la lista solo creció y además de dejar el post original dejaremos algunos para que los lea y nos diga si le parecen graciosos o no.
«Me acordé de un pololo que tuve que le decían «El eslabón perdido» porque caminaba como mono», decía otro post.
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«A mi papá cuando le dió hepatitis y se puso amarillo (gordito y chiquito) le pusieron balón de lipigas», seguían.
«A un amigo le decían «el caja de cambio» … Porque pasaba «embriagado», contaba otro tuitero.
https://twitter.com/huachacomunista/status/1152742382871486469
¿Ustedes conocen algún apodo así?