Una plaga de saltamontes sobre la ciudad del pecado. Parecía una línea sacada de la biblia, pero en realidad lo que estaba ocurriendo era eso, una gigantesca invasión de insectos caía sobre Las Vegas, en Estados Unidos.
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Las redes sociales se llenaron de imágenes el fin de semana con los saltamontes ocupando cada espacio de la llamada «Sin City», y la desesperación de sus habitantes por el extraño fenómeno.
Uno de los registros más sorprendentes fue el del Servicio Nacional de Meteorológía, en su oficina de Las Vegas, que registró la gigantesca «nube» de insectos y cómo avanzaba por el desierto antes de llegar a la ciudad.
🤓 Some of you have been asking about the widespread radar returns the past few nights in #Vegas. Radar analysis suggests most of these echoes are biological targets. This typically includes birds, bats, and bugs, and most likely in our case–> Grasshoppers. 🦗 #VegasWeather pic.twitter.com/reQX7hJR7Y
— NWS Las Vegas (@NWSVegas) July 27, 2019
En sus radares el organismo captó una enorme mancha de «objetivos biológicos» que se movían hacia la ciudad de Las Vegas.
La otra vez fueron chinitas
Sobre el extraño fenómeno, el entomólogo del Departamento de Agricultura de Nevada, Jeff Knight dijo en conferencia de prensa que «cuando tenemos un invierno o una primavera húmedos, estas cosas se acumulan, a menudo debajo de Laughlin e incluso a Arizona, y luego tendremos vuelos en esta época del año, migraciones, y se moverán hacia el norte».
El entomólogo señaló que en sus treinta años de carrera ha visto al menos tres o cuatro ocasiones enjambres de este tamaño, aunque según los registros del estado el último se registró en la década de 1960.
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Pero esta no es la primera vez que en EEUU ocurre un fenómeno tan masivo de migración de insectos que queda registrado por los satélites meteorológicos como una «tormenta».
A comienzos de junio de este año en el sur de California, el meteorólogo Joe Dandrea, captó una gran mancha de insectos de al rededor de 129 kilómetros de ancho mientras volaba sobre la ciudad de San Diego el pasado martes.
En dicha oportunidad los insectos, según el especialista se encontraban dispersas volando 1.525 y 2.745 metros sobre el suelo y en un espacio de al menos 16 kilómetros.