Miles de rumanos salieron a las calles para mostrar su indignación y rechazo al negligente actuar de la policía luego de que saliera a la luz el terrible accionar de los uniformados en el asesinato de una adolescente de 15 años.
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Alexandra Macesanu fue secuestrada el miércoles en la ciudad de Caracal cuando “hacía dedo” para regresar a su casa y el jueves en la mañana logró hacer tres llamadas a la policía y dio “varios indicios” del lugar en el que estaba, señala El Mundo.
Los uniformados prácticamente ignoraron en un primer momento los pedidos de la joven y finalmente buscaron en tres lugares, todos ellos equivocados.
Lograron obtener una orden de registro para una cuarta vivienda, aunque no era necesario en este caso, y en una decisión inexplicable, no entraron a la casa en la noche y esperaron hasta el amanecer: ya habían pasado 19 horas de la última comunicación con Alexandra.
Cuando finalmente ingresaron al lugar, la joven ya estaba muerta.
En la casa de Gheorghe Dinca los uniformados encontraron “restos humanos calcinados, dientes y joyas” en un barril en el patio del lugar y se está a la espera de los análisis de ADN para determinar a quién o quienes corresponden.
El hombre de 65 años habría confesado el asesinato de Alexandra y también el de Luiza Melencu, una joven de 19 años que desapareció en abril pasado.
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Al conocer la historia de Alexandra, los padres de Luiza contaron que ellos habían hecho una denuncia por la desaparición de su hija, pero que la policía había llegado a la conclusión de que la joven se había escapado con su novio.
El jefe de la policía Ioan Buda fue removido de su cargo, al igual que el prefecto del distrito de Olt y otros tres jefes locales, anunció el ministro del Interior Nicolae Moga.