El telescopio espacial Hubble de la NASA / ESA reveló la belleza intrincada y detallada de las nubes de Júpiter en una nueva imagen tomada el 27 de junio de 2019, y en ella aparece la «Gran Mancha Roja» del planeta y las nubes que se arremolinan en la turbulenta atmósfera del planeta.
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Entre las características más llamativas de la imagen están los colores intensos de las nubes que se mueven hacia la Gran Mancha Roja. Cabe recordar que la enorme tormenta anticiclónica tiene aproximadamente el diámetro de la Tierra y está rodando en sentido antihorario entre dos bandas de nubes que se mueven en direcciones opuestas hacia ella.
Al igual que con las imágenes anteriores de Júpiter tomadas por Hubble, y otras observaciones de telescopios en el suelo, la nueva imagen confirma que la gran tormenta que ha azotado la superficie de Júpiter durante al menos 150 años continúa reduciéndose. «La razón de esto aún se desconoce, por lo que Hubble continuará observando a Júpiter con la esperanza de que los científicos puedan resolver este enigma tormentoso. Tormentas mucho más pequeñas aparecen en Júpiter como óvalos blancos o marrones que pueden durar tan solo unas pocas horas o extenderse durante siglos», dice el informe.
Qué es la Gran Mancha Roja
La característica en forma de gusano ubicada al sur de la Gran Mancha Roja es un ciclón, un vórtice que gira en la dirección opuesta a la que gira la Gran Mancha Roja. Los investigadores han observado ciclones con una amplia variedad de apariencias diferentes en todo el planeta.
La imagen del Hubble también resalta las distintas bandas de nubes paralelas de Júpiter, las que consisten en aire que fluye en direcciones opuestas en varias latitudes y se crean por diferencias en el grosor y la altura de las nubes de hielo de amoníaco.
Las bandas más claras se elevan más alto y tienen nubes más gruesas que las bandas más oscura, lo que además hace que las diferentes concentraciones se mantienen separadas por vientos rápidos que pueden alcanzar velocidades de hasta 650 kilómetros por hora.
Estas observaciones de Júpiter forman parte del programa Legado de Atmósferas del Planeta Exterior (OPAL), que comenzó en 2014. La iniciativa permite a Hubble dedicar tiempo cada año a observar los planetas exteriores y proporciona a los científicos acceso a una colección de mapas, lo que les ayuda comprender no solo las atmósferas de los planetas gigantes en el Sistema Solar, sino también la atmósfera de nuestro propio planeta y de los planetas en otros sistemas planetarios.