“Voy a pegarme un tiro”. Eso fue lo primero que le dijo un hombre de 77 años al operador del 911 cuando llamó para entregar su dirección y señalar que terminaría con su vida y la de su esposa de 76.
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El llamado de produjo el miércoles en la mañana a la policía de Washington, quienes respondieron lo más rápido posible.
Según New York Daily News, el operador trató de mantener al anciano en línea, pero este cortó a los pocos minutos y lo último que les dijo fue el lugar donde estaría con su esposa.
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A los 15 minutos los uniformados del condado de Whatcom llegaron al lugar y trataron de hablar con el hombre por teléfono y un megáfono durante una hora pero no obtuvieron ninguna respuesta.
Finalmente, ingresaron a la vivienda un robot con una cámara y ahí pudieron ver a los dos ancianos acostados en una cama. Ambos estaban fallecidos y con heridas de bala.
La policía señaló que encontraron varias notas y en una de ellas decía que habían tenido “problemas médicos graves” y estaban muy preocupados porque no podían pagar sus gastos médicos.
“Es muy trágico que uno de nuestros ciudadanos mayores se encuentre en circunstancias tan desesperadas en las que sintió que el asesinato y el suicidio eran la única opción”, dijo desconsolado el alguacil Bill Elfo.
No se entregaron las identidades de los ancianos.