Jordan tiene 15 años y a diferencia de la mayoría de los adolescentes de su edad no va al colegio y tampoco tiene amigos.
PUBLICIDAD
“Los amigos vienen y van pero ésta puede ser mi carrera y todo mi futuro”, dijo el joven en una entrevista a Boston Globe.
Jordan dedica prácticamente todo el día a jugar Fortnite y sigue un estricto horario que le asignó su padre, el que espera que la habilidad de su hijo lo vuelva millonario.
Debido a ello, David Herzog, su progenitor, lo sacó de la escuela y se gastó más de 33 mil dólares en los “mejores equipos informáticos que el dinero puede comprar» para que Jordan juegue sin ninguna limitación, señala El Mundo.
La jornada del adolescente parte a las 12 del día. Tras levantarse, estudia dos horas para pasar las materias que debería aprender en el colegio, pasea al perro durante otra hora y luego se pasa entre 10 y 14 horas frente a la pantalla.
Incluso, Jordan come mientras está jugando, frente a la pantalla, y ni siquiera se sienta a la mesa con su familia. No hay tiempo que “perder”.
El principal objetivo de Jordan y su familia es “ganar suficiente dinero para no tener que trabajar la mayor parte de mi vida”, y por lo mismo, su padre justifica los sacrificios.
PUBLICIDAD
David afirma que “crío a su hijo para esto”, que no es abuso infantil y espera finalmente lograr su deseo.
Hasta la fecha, Jordan sólo ha ganado un poco más de 67 mil dólares.