El caso de Kristine Barnett, acusada junto a su ex esposo Michael Barnett, acusados de maltrato infantil luego de que abandonaran a la hija que habían adoptado, supuestamente porque era una mujer de 22 años con trastornos sociológicos, es uno de los más raros que se han tomado los medios últimamente.
PUBLICIDAD
Según la mujer y las declaraciones que dio a los medios de Estados Unidos, tras ser detenida y puesta en libertad luego del pago de una fianza de US$5 mil, su familia fue víctima de un fraude, que se transformó en una horrible trama peor a la de la película «La Huérfana».
El caso se remonta a 2012 cuando la familia compuesta por Kristine, Michael y sus tres hijos dejaron Indianapolis, para establecerse en Canadá, dejando abandonada a la «niña» que la mujer acusa de ser una impostora.
Lo que se sabe
Paradero desconocido. Pese a que la justicia está analizando el caso, la niña que habría sido abandonada ahora no tiene un paradero conocido.
Sólo se sabe por la propia explicación de Kristine que ella y su ahora ex esposo fueron estafados por una agencia de adopción y que la niña había estado en otras familias hasta que en 2010 fue adoptada por los Barnett.
Según su relato, tras cambiar la edad legal de la niña y luego de su paso por instituciones mentales se le permitió vivir de manera independiente aunque bajo la supervisión de un médico. Sin embargo, según la investigación de medios locales, como la cadena www.wishtv.com los médicos que habrían tratado a la niña, dicen no recordar el caso o no han querido hacer declaraciones.
PUBLICIDAD
Información confusa. De acuerdo con el sitio de noticias WISHTV son muchos los puntos confusos en las declaraciones de los afectados. Uno de ellos es que se ha ocultado el nombre de la niña ucraniana. Tampoco existe claridad cómo la justicia permitió el cambio de edad pero la mujer asegura tener un certificado médico que determina que la edad en el certificado de nacimiento es «inexacta».
El hijo genio. La familia ya había estado en el centro de la noticia hace un par de años gracias a uno de sus hijos, Jake, un preadolescente autista que ha sido considerado com o un genio.
Según los reportes de prensa, la madre retiró al niño de la escuela y decidió educarlo en casa. Esta experiencia inspiró el libro The Spark: La historia de una madre sobre el genio de la crianza cuyos derechos cinematográficos del libro fueron vendidos a Warner Brothers.
Gracias a la capacidad intelectual del joven la familia se trasladó a Indianápolis, para la universidad de Jake, y luego a Waterloo, Ontario, para que se integrara al Instituto de Física Teórica. «Fue un gran movimiento para nuestra familia y uno que sabíamos que vendría por Jacob», dijo la mujer.