Alrededor del 98 % de la Antártica está cubierta de hielo y es el terreno desértico más frío que existe en el planeta. Por eso, es uno de los territorios que genera mayor curiosidad entre los investigadores científicos.
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Más si en este lugar fue detectada una partícula fantasma intergaláctica, del que recién los científicos pudieron conocer su origen.
Para entender un poco más, primero es necesario explicar que es un neutrino. En italiano la palabra neutrino significa «pequeños neutrones» no son otra cosa que partículas subatómicas de tipo fermiónico, sin carga y apenas sin masa.
Esta característica les permite viajar en línea recta por el universo atravesando cualquier cosa que encuentren, incluidas galaxias, planetas y a nosotros mismos.
Sin embargo, pese a que circulan por el universo, son prácticamente imperceptibles y la mayoría de las que llegan a la Tierra provienen del Sol o la atmósfera y sólo unos pocos provienen de lugares más lejanos.
IceCube
Justamente desde un lugar más lejano es que provenía la partícula fantasma que en julio de 2018 fue encontrada en la Antártica en el marco del experimento IceCube, que había sorprendido a los científicos.
Y aunque no era la primera vez que se «cazaba» un neutrino como ese, esta vez es la primera oportunidad en la que se puede trazar su trayectoria y saber desde dónde venía.
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La solitaria partícula que fue nombrada IceCube-170922A, provenía de un blazar, uno de los fenómenos más violentos del Universo, denominado TXS 0506 + 056 y situado a 3.800 millones de años luz de distancia en la constelación de Orión, reproduce el diario español ABC.
Para que se entienda, un blazar es una galaxia elíptica gigante que tiene un agujero negro supermasivo que gira rápidamente en su núcleo. En ese lugar, uno de los chorros del blazar apunta a la Tierra, lo que explica porque el neutrino fantasma llegó a nuestro planeta.
Ahora, con todo lo descubierto, los investigadores lograron entender y proponer en la revista «Astronomy & Astrophysics» que los neutrinos podrían ser generados por una colisión cósmica entre el material inyectado.
«Esta colisión de material inyectado es actualmente el único mecanismo viable que puede explicar la detección de neutrinos de esta fuente», explica en la publicación Markus Böttcher, de la Universidad del Noroeste en Potchefstroom (Sudáfrica), coautor del artículo.