Una joven de sólo 18 años, que se había graduado del colegio en mayo, murió mientras dormía debido a una bala perdida.
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Jessica Daniels se había ido a acostar temprano porque al otro día tenía una entrevista de trabajo y estaba en su cama en el segundo piso de la casa familiar en Atlanta, indica The Atlanta Journal-Constitution.
La policía, que llegó al lugar 5 minutos después del tiroteo, señaló que tres balas impactaron contra la vivienda y que una de ellas le había dado en el pecho.
Sanders Love, el abuelo de la joven, dijo que había corrido hasta el segundo piso una vez que escuchó los disparos, y que en medio del caos, en un momento escuchó a su hija gritarle que Jessica estaba herida.
Además aseguró que durante los 11 años que llevaban viviendo en el barrio nunca habían sido víctimas de un acto de violencia.
Según la policía hubo un “intercambio de disparos” en la calle entre dos sujetos que habría durado algunos minutos y no hay ningún indicio de que Jessica o su familia hayan sido el blanco de los antisociales.
Hasta el momento no hay ningún sospechoso detenido y la policía le está pidiendo a la comunidad cualquier pista que pueda dar con él o los asesinos de la joven.
La familia creo una cuenta en GoFundMe para solventar los gastos del funeral y el entierro de Jessica y hasta el momento han recaudado poco más de 5.000 dólares.