El 28 de junio de 2006, Sedley Alley fue ejecutado mediante una inyección letal en Tennessee luego de ser encontrado culpable de la violación y el asesinato de la joven de 19 años Suzanne Collins en 1985.
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El caso estuvo “olvidado” por 13 años, sin embargo una demanda en una Corte Penal de Memphis presentada por la hija de Sedley lo trajo de vuelta.
April Alley, junto a abogados de The Innocence Project, presentó sus argumentos ante la jueza Paula Skahan y pidió que se realizaran pruebas de ADN para “conocer toda la verdad”.
Según The Commercial Appeal, Sedley fue arrestado, pero negó “cualquier participación” en el crimen, sin embargo luego cambió su declaración y “confesó” que había matado a Collins.
Según la autopsia, Collins recibió una brutal golpiza siendo agredida “al menos 100 veces”, fue estrangulada y violada, y finalmente “empalada con una rama de árbol”.
Sin embargo, los datos que arrojó la autopsia y los detalles que se encontraron en la escena del crimen no concordaban con la “confesión” y además la descripción que hicieron los testigos del sospechoso tampoco “coincidía con la apariencia física” de Sedley.
Finalmente Sedley afirmó que lo habían obligado a declararse culpable.
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Antes de la ejecución, los tribunales de Tennessee se negaron a realizar pruebas de ADN y ahora su hija, albacea de Sedley, quiere saber si su padre realmente fue un violador y asesino, o lo culparon de un crimen que nunca cometió.
“Ella tiene el coraje de buscar la verdad y las pruebas de ADN pueden proporcionar esa verdad”, dijeron sus abogados.
Luego de escuchar todos los alegatos, la jueza deberá entregar su resolución el próximo 18 de noviembre.