Con una serie de videos que circulan en las redes sociales, manifestantes denunciaron que este lunes el nivel de represión policial llegó a tal nivel que personas debieron saltar al río Mapocho para escapar.
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Incluso, la situación provocó que Bomberos se acercaran hasta el lugar, en Andrés Bello con Pío Nono, para intentar rescatar a las personas, según consigna información preliminar.
La «encerrona» con bombas lacrimógenas y elementos antidisturbios por parte de Fuerzas Especiales de Carabineros se registra al cumplirse un mes de manifestaciones frente a la crisis social que atraviesa el país.Quienes también vivieron esa situación fue el personal de la salud que trabaja dando los primeros auxilios a los manifestantes que resultan heridos, y así quedó plasmado en el relato de Mauricio, un enfermero funcionario de la salud pública y bombero que desde hace dos semanas participa cumpliendo esta labor.
«Hoy vivimos una noche difícil»
En el texto escrito por Mauricio en su cuenta de Facebook, relata como han sido estos días de manifestaciones. «Nos vestimos de la mejor forma posible para protegernos y salimos a la conocida “primera línea”, donde llueven las lacrimógenas y los perdigones y atendemos a cuanto herido hay, rescatamos de entre el fuego cruzado a esos que caen a tierra y no pueden seguir caminando, trasladamos a los hospitales a los más graves y estos cabros nos agradecen con un simple aplauso, un Gracias muchachos e incluso una botella de agua o un sándwich en la esquina, porque saben que alguien los está cuidando», cuenta.
Pero el lunes, reconoce «vivimos una noche difícil». Con sus palabras detalla que «llegaron perdigones por montones, nos golpearon lacrimógenas e incluso un colega brigadista fue lesionado, y hoy, los rescatistas fuimos rescatados por otro grupo».
«Hoy nos dimos cuenta que ni siquiera a nosotros nos respetan las FFEE, hoy vi el odio en los ojos de un uniformado que nos apuntó con una escopeta, y hoy nos fuimos derrotados a la casa, con la cabeza abajo pensando si vale la pena», agrega sobre lo vivido en la marcha pro el primer mes desde que se produjo el estallido social.
«La respuesta llegó rápidamente. Si vale la pena. Y seguirá valiendo la pena porque seguiremos atendiendo a esos heridos en las calles del centro de Santiago, esos heridos que no tienen a nadie más que les preste primeros auxilios, a los marginados del sistema que hoy alzan la voz por todos lo que no lo han podido hacer. Mañana será otro día, otro día donde todo seguirá igual hasta que esto realmente cambie, y sea más justo», concluye el desgarrador relato.