El pasado 6 de agosto, los satélites Sentinel de la Agencia Espacial Europea (ESA) captaron una enorme masa flotando en las cercanías de Australia. Una llamativa estructura que sorprendió a la comunidad científica, que los hizo preguntarse cómo una isla iba desplazándose por el medio del océano y cuáles serían las consecuencias de su paso por la zona.
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Meses después, finalmente los investigadores determinaron que esta masa que por ahora está asentada en el archipiélago de Tonga, no es otra cosas que una balsa de piedras volcánicas flotantes.
Y no es cualquier balsa, sino que una de 136 kilómetros cuadrados y un volumen estimado de varios millones de metros cúbicos.
De qué está compuesta
La «isla» flotante está compuesta -tras los análisis realizados- está formado por una gran «rebaño» de pumitas. Las pumitas son unas piedras volcánicas tan porosas que son menos densas que el agua.
Y de acuerdo con el trabajo publicado por un grupo de investigadores de la Universidad Técnica de Queensland, Australia, en la revista Journal of Volcanology and Geothermal Research ya se sabe el origen de las piedras.
Las peculiares navegantes, gracias a las imágenes satelitales obtenidas, provendrían de la paradisiaca isla de Vava´u, particularmente de volcán subacuático F, que fue descubierto en 2001 tras una erupción que arrojó a la superficie una enorme cantidad de pumita.
La primera vez que fueron avistadas dichas piedras, fue el pasado 8 de agosto de este año, cuando los satélites captaron imágenes de alta resolución, donde se apreciaba una especie de «nube» turbia en el agua, las que finalmente fueron rastreadas desde el citado volcán.