El pasado 14 de diciembre la vida cambió completamente para Andrew y Kalley Heiligenthal.
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La pareja fue a ver cómo había amanecido su pequeña hija de dos años Olive Alayne, pero la niña había muerto en el sueño.
De inmediato llamaron a los servicios de urgencias, la pequeña fue llevada a un hospital, donde finalmente fue declarada muerta.
Andrew y Kalley viven en Redding, California, y la misma noche del deceso de su hija, la joven madre le pidió a la comunidad de Iglesia Bethel “que rezaran para que su hija volviera a la vida”, apunta The Washington Post.
Kalley escribió en redes sociales pidiendo “oraciones para apoyarnos en la fe de que Jesús resucitará a nuestra niñita. Su tiempo aquí no ha terminado”.
La joven no ha dejado de solicitar ayuda a sus compañeros de fe ningún día, y publica fotos con su hija en Instagram con la esperanza de que su hija vuelva.
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Además, amigos cercanos de la misma iglesia crearon una página en GoFundMe para ayudar a recaudar fondos para la familia.
“Únase a nosotros con su oración, su solidaridad y su apoyo financiero. No queremos que los padres tengan ninguna preocupación sobre dinero… Todos los fondos irán directamente a la familia Heiligenthal”, dice la publicación.
En pocos días, cerca de 1.100 personas ya realizaron su aporte y se han juntado más de 52.400 dólares.
Desde la Iglesia Bethel, aseguraron que “creen en los relatos de curación y resurrección física que se encuentran en la Biblia” y que los milagros que en ella se muestran “son posibles hoy”.
En tanto, las cadenas masivas de oración siguen siendo convocadas en Instagram con el hashtag #WakeUpOlive, y miles de personas se unen en la fe con la esperanza “que la niña vuelva a la vida”, afirma el medio estadounidense.