Cuando la policía capturó a Lucas Borrachia, el asesino de su pareja Florencia Ovejero, el sujeto se estaba ocultando en un hotel en el microcentro de Buenos Aires.
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Los agentes le habían seguido la pista y un tatuaje en el brazo que dice “Flor te amo” les ratificó que era el sujeto al que estaban buscando.
El joven de 20 años está acusado de matar a su pareja de 35 puñaladas el sábado en la madrugada, todo en presencia del hijo de 4 años de la mujer, indica TN.
El homicidio quedó al descubierto luego de que la abuela vio al niño asomado por una ventana de la casa en la que vivía junto a su madre con el cuerpo ensangrentado.
“Lucas le pegó a mamá con un cuchillo y mi mamá ahora está durmiendo”, le dijo el pequeño a su abuela.
Cuando lograron entrar a la vivienda, Florencia estaba muerta, y el femicida incluso se había dado el tiempo de tomar una ducha antes de marcharse.
Borrachia encerró al niño en una habitación, robó 26 mil pesos argentinos (poco más de 430 dólares) y comida que habían comprado para la Navidad.
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“La atacó mientras dormía para que no se pudiera defender”, le dijo el hermano de la víctima al medio transandino.
La policía indicó que el sujeto se encontraba escondido y que el dueño del hotel, al ver su cara en los distintos medios, lo delató.
Ahora se encuentra detenido y será formalizado por “homicidio agravado por femicidio”, por lo que de ser encontrado culpable sería condenado a cadena perpetua.