El caso de la pequeña Tinslee Lewis de sólo 11 meses ha generando todo un debate en EEUU, mientras su madre Trinity Lewis está en una batalla legal con el Centro Médico Cook Children’s en Fort Worth, Texas.
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La niña nació prematura en febrero de 2019 y “con una enfermedad cardíaca congénita”, indica ABC News, por lo que siempre ha estado luchando por su vida.
Los médicos del hospital y la propia institución señalaron que la pequeña no mejorará, que está sufriendo, que “tiene dolor” y que sólo se mantiene viva “artificialmente”, por lo que hay que dejarla partir “natural y pacíficamente”.
El pasado 2 de enero, una jueza de Texas falló a favor del hospital y lo autorizó a retirar el soporte vital, sin embargo “una moción de emergencia” presentada por los abogados de la familia el viernes 3, fue aceptada en la Segunda Corte de Apelaciones de Texas, por lo que le prohibió al centro médico desconectar a la menor.
Según AP, “los médicos del hospital Fort Worth planeaban desconectar a Tinslee el 10 de noviembre amparados en la ‘regla de los 10 días’ de Texas”.
Esta señala que “si el comité de ética del hospital coincide con los médicos, el soporte vital puede retirarse 10 días después si no se logró encontrar a otro proveedor que acepte al paciente”.
Desde ese momento, “se pusieron en contacto con más de 20 centros de salud para ver si aceptaban a Tinslee, y todos coincidieron en que alargar la atención era inútil”.
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Trinity Lewis dio una conferencia de prensa a las afueras del hospital y aseguró que su hija “ha estado despierta. Comenzaron a darle la medicina para sus pulmones, así que están más despejados para que respire”.
“Tinslee está bien”, apuntó.
“No creo que esté sufriendo, está activa, ella reconoce que estamos ahí. Cuando entras en la habitación, la tocas y hablas con ella, ella sabe que estamos allí”, afirmó.
Ahora, la Segunda Corte de Apelaciones de Texas está esperando escuchar la apelación de la familia, aún cuando no hay fecha determinada, y recién ahí se tomará una decisión final.