Un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford en Estados Unidos acaba de demostrar que un hecho que se daba por cierto, ya no lo es: la temperatura media del cuerpo humano no es de 37 grados.
PUBLICIDAD
Según informa ABC, los expertos determinaron que al menos en el país norteamericano la temperatura media corporal es casi medio grado más fría de lo que era hace 150 años.
Julie Parsonnet, una de las autoras del estudio publicado por la revista eLife, los médicos saben desde hace décadas que los 37 grados es muy alto, «pero siempre habían pensado que se trataba de un error de medición en el pasado y no de un auténtico descenso de la temperatura en los seres humanos».
Para dar con una respuesta sobre esto, la especialista analizó tres conjuntos de datos: la primera corresponde a un grupo de 23.710 veteranos del Ejército de la Unión de la Guerra Civil, a quienes se les midió su temperatura en 1860 y posteriormente en 1940. Las demás mediciones son de 1971 a 1975 y de 2007 a 2017.
«Me llevó mucho tiempo encontrar una base de datos del siglo XIX que incluyera temperaturas», admitió al respecto Parsonnet.
Los resultados
La investigación determinó que la temperatura corporal de los estadounidenses descendió a un ritmo de 0,03 grados por década.
En ese sentido, los hombres del siglo XIX tenían una temperatura media del cuerpo 0,59 grados más alta que en la actualidad. Por su parte, las mujeres en 1890 tenían 0,32 grados más que ahora. Bajo dichos parámetros, la temperatura promedio es de 36, 6 y no de 37 como se creía.
PUBLICIDAD
Para la experta, existen dos antecedentes que demuestran que el descenso de la temperatura es correcto y que el resultado no corresponde simplemente a que los termómetros antiguos no eran confiables.
Primero, la tendencia al enfriamiento es más notoria en los conjuntos de datos más modernos. En ese punto, se consideran que los termómetros mientras más nuevos son, más fiables deben ser.
«Observamos la misma disminución entre la década de 1960 y la actualidad de la que hay entre 1860 hasta 1960. Y no creo que haya mucha diferencia entre los termómetros de 1960 y los actuales», explicó.
Mientras que como segundo punto, la especialista indicó que las personas mayores tenían temperaturas corporales más altas que las más jóvenes medidas en el mismo año, independiente de la fecha en que se hizo la prueba. De esta forma, si los termómetros antiguos fueran menos correctos, habrían variaciones en dicha relación.
Con dichos resultados, los investigadores ahora buscan determinar por qué nuestro cuerpo se está enfriando. «En mi opinión, la razón más probable es que, desde el punto de vista de la microbiología, somos muy diferentes de lo que éramos», señaló Parsonnet.
De igual manera, los parámetros indicarían que la tendencia al enfriamiento no entrega signos que dejen en claro que se detendrá en un futuro próximo. «Habrá un límite por supuesto, no vamos a llegar a cero. Aunque por ahora no sé dónde se encuentra ese límite», manifestó.