Una mujer de 22 años de Arizona fue arrestada ayer martes acusada del asesinato de sus tres hijos, una niña de 7 años, otra de 7 meses, y un menor de 3.
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Rachel Henry se encuentra bajo custodia y la Justicia fijó una fianza de 3 millones de dólares, indica CBS News.
Según el informe policial, la joven reconoció los asesinatos tras ser detenida por la policía, luego de lo cual entregó terribles detalles de cómo sucedieron los hechos.
Henry asfixió a cada uno de sus hijos y les cantaba mientras les quitaba la vida.
Mientras le tapaba la boca y la nariz a la bebé, su hijo de 3 años trató de detenerla y le gritó que no siguiera, pero no siguió adelante y señaló que supo que estaba muerta “cuando había dejado de patear”, apunta Fox News.
Tras ello persiguió al niño, pero justo una tía y el padre de los pequeños llegaron a la casa.
En un momento, tomó a su hijo y lo llevó a su habitación diciendo que le cambiaría ropa, pero ahí lo puso en el suelo y se sentó sobre el menor a “horcajadas y lo asfixió con las manos hasta que dejó de luchar”.
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Finalmente, esperó hasta que su hija de 7 años se durmiera para asfixiarla y luego puso los tres cuerpos en un sofá, simulando que los tres estaban durmiendo.
Henry no les dio una razón del por qué había asesinado a sus hijos, y según el informe era drogadicta y sufría una «adicción a la metanfetamina».
También, el documento afirma que “había estado actuando de manera extraña en los últimos días”.
La joven había perdido una vez la custodia de sus hijos cuando vivían en Oklahoma y “recientemente” se habían mudado a Arizona, donde las autoridades de bienestar infantil no habían recibido ningún informe de algún tipo de abuso.