En el año 1961 Chester Weger fue condenado a cadena perpetua por el asesinato de Lillian Oetting, una mujer de 50 años cuyos restos fueron encontrados en el parque Starved Rock State en Illinois.
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El cuerpo de de la mujer estaba junto a los de Frances Murphy y Mildred Lindquist. Todos se encontraban maniatados, semidesnudos y con evidentes signos de haber recibido una golpiza, indica ABC News.
La investigación no entregaba muchas pistas a la policía, pero finalmente lograron establecer que la cuerda con la que estaban atadas las manos de las mujeres era la misma que se ocupaba en la cocina del Starved Rock Lodge, donde Weger, en ese momento de 21 años, trabajaba lavando platos.
Luego de ser detenido, el joven Weger admitió haber asesinado a las tres mujeres, pero luego se retractó y aseguró que los fiscales lo habían presionado para que confesara un crimen que no cometió.
Por el homicido de Lillian Oetting, Weger fue condenado a cadena perpetua, por lo que los fiscales decidieron no acusarlo por los otros dos asesinatos, ya que habían conseguido que pasara el resto de sus vida tras las rejas.
Sin embargo, hace varios años el hombre comenzó a pedir su libertad y luego de su intento 24, finalmente fue escuchado y este viernes saldrá de prisión bajo libertad condicional.
“No creo que nadie que haya hablado con este hombre crea que va a salir y lastimar a alguien”, dijo la abogada del anciano, pero las nietas de las víctimas se han mostrado consternadas con la noticia.
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Weger debería haber sido liberado en noviembre, pero el fiscal general de Illinois ordenó que se le realizara una evaluación para “asegurar” que el hombre no cometerá delitos y por eso su liberación se retrasó en 90 días.
Hasta la fecha Weger insiste que no mató a las tres mujeres.