Irán establecerá controles para limitar los desplazamientos entre las grandes ciudades e instó a los ciudadanos el jueves a reducir el uso de billetes para luchar contra un creciente brote de un nuevo coronavirus, que ha matado a al menos 107 personas en la República Islámica.
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El anuncio en Irán se produjo luego de que las autoridades palestinas anunciaron que la histórica Iglesia de la Natividad, ubicada en la ciudad bíblica de Belén y construida en el lugar donde los cristianos creen que nació Jesús, cerrará de forma indefinida al final del día por el temor al virus.
Son las últimas consecuencias del brote en Oriente Medio, donde hay más de 3.740 casos confirmados de COVID-19, la enfermedad causada por el virus.
El ministro de Salud de Irán, Saeed Namaki, anunció las nuevas restricciones en el país en una conferencia de prensa televisada. Las escuelas y universidades permanecerán cerradas hasta el Nowruz, el Año Nuevo Persa, que se celebra el 20 de marzo, agregó.
En las gasolineras, la gente deberá permanecer dentro de sus autos y permitir que sean los empleados los que pongan el combustible para evitar la propagación del coronavirus, explicó Namaki.
Irán e Italia registran el mayor número de víctimas mortales a consecuencia del virus fuera de China, el epicentro del brote que comenzó en diciembre.
Por su parte, el Ministerio de Salud palestino dijo que estaba impidiendo la entrada de turistas a Cisjordania, pero no aclaró cuánto duraría el veto. La mayoría de los que viajan a la zona visitan la ciudad de Belén y Jericó.
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Las medidas se tomaron tras la sospecha de que cuatro palestinos habrían contraído el coronavirus. Según un funcionario palestino, los cuatro dieron positivo por COVID-19, pero las pruebas fueron enviadas a Israel para verificar los resultados. El funcionario habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a discutir la situación con la prensa.
Si se confirman, serían los primeros casos de coronavirus en los territorios palestinos.
Las Iglesias y los lugares de rezo en Belén estarán cerradas durante dos semanas, apuntó el ministerio palestino.
Antes en el día, Emiratos Árabes Unidos aconsejó a sus ciudadanos y residentes extranjeros que no viajen fuera del país por la propagación de un nuevo coronavirus, una firme advertencia en el país de dos de las mayores aerolíneas de larga distancia del mundo.
El aviso del Ministerio de Salud y Protección Comunitaria del país se produjo mientras su capital, Abu Dabi, puso a 215 extranjeros que evacuó de la provincia de Hubei, la provincia china en el epicentro del brote, en cuarentena en la Ciudad Humanitaria Internacional. Entre ellos hay ciudadanos de Egipto, Sudán y Yemen.
Funcionarios médicos advirtieron que quienes viajen al extranjero podrían ser puestos en cuarentena a discreción de las autoridades. Emiratos tiene una población de nueve millones de personas, pero que estima que solo alrededor de un millón son ciudadanos emiratíes.
La aerolínea estatal Emirates tiene su sede en el Aeropuerto Internacional de Dubai, el más transitado del mundo. La aerolínea nacional, Etihad, está asentada en Abu Dabi. Ambas han animado a su personal a tomarse días libres ante el descenso de los viajes a causa del COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus.
El coronavirus alteró también las prácticas religiosas en la región. Arabia Saudí prohibió el miércoles que sus ciudadanos y otros residentes en el reino peregrinen a La Meca, mientras que Irán canceló las plegarias del viernes en todas las ciudades importantes.